Volvo quiere que nadie muera o resulte gravemente herido a bordo de sus vehículos 0Km y ha decidido anticiparse a los planes europeos (en plena fase de negociaciones) que fijarían nuevos estándares de seguridad (a través de nuevos dispositivos y nuevas normas) entre los que se encuentra el control de la velocidad.
La marca sueca, siempre atenta a temas relacionados con la seguridad, tomó la iniciativa y aún antes de conocer la determinación de la Comisión Europea, decidió limitar la velocidad máxima de todos sus vehículos nuevos a partir de 2022, estableciéndola en 180 km/h. Gestión que llevará a cabo a través de un dispositivo que será imposible alterar y/o desactivar.
Pero este dispositivo no será una aplicación aislada, ya que la marca tiene en carpeta un nuevo paquete de control de velocidad vinculado al sistema de navegación, con capacidad para limitar la misma en forma automática al circular por áreas donde hubiera escuelas u hospitales. Por otra parte, Volvo también estudia una serie de tecnologías para abordar el problema del consumo de alcohol y las distracciones, especialmente, las relacionadas con el uso de dispositivos móviles.
La marca sueca está convencida que el exceso de velocidad condiciona las funciones de los sistemas de seguridad de sus vehículos, las cuales resultan insuficientes para evitar lesiones en casos de accidente. Y si bien los límites de velocidad no son la solución única y definitiva, se trata de una medida que ayudará a mitigar la mortalidad y otras consecuencias al volante.

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