El mundo del raid celebró la vuelta al circuito internacional de pruebas de prestigio del Rally de los Faraones, ausente en 2013 por los problemas político-institucionales que sufrió Egipto.
En esta ocasión, bajo la forma de una gran vuelta que propuso, arranque en El Gouna, a orillas del Mar Rojo, rumbo al interior hacia Luxor, para cruzar el Nilo. De ahí, a la inhóspita Dakhla, en pleno desierto libio-egipcio. Luego, con destino Baharia, hacia el norte. Siguió un bucle con principio y fin en esta y finalmente, la quinta etapa con rumbo a El Cairo, al pie de las pirámides…
Mucho desierto, pero también mucho terreno pedregoso con tramos abiertos y rápidos, una propuesta algo desacostumbrada, considerando que Faraones siempre proponía océanos de arena.

Y en ese escenario no cabía más que el dominio de los especialistas, entre ellos, dos que eran candidatos excluyentes: Al-Rajhi y Al-Attiyah.
El primero, apoyado por el X-raid, que sumaba a Van Loon y Vasilyev, el ruso buscando sumar para mantener su liderazgo en la Copa Mundial FIA de la especialidad.
Al-Rajhi, dejando de lado una vez más su Hummer ex-Gordon para volver a la más confiable Toyota Hilux con la que venció en las dos primeras Baja del año.

Y las cosas quedaron planteadas entre ellos, casi desde que se largó la prueba, siempre batiéndose en pocos minutos de diferencia, aunque un error de navegación en la segunda etapa del dúo Al-Attiyah-Baumel, poco amalgamados luego de la partida de Lucas Cruz de la butaca derecha del Mini, definió a favor de Al-Rajhi.
Al-Attiyah ganó tres etapas, pero siempre con la sombra del saudita muy cerca y por más que el qatarí rebanó de 12 a poco más de cinco minutos la diferencia final, siempre dio la sensación de que el liderazgo de Al-Rajhi estaba a salvo.

La prueba no tuvo otro protagonista fuera de los árabes, lo que le dio oportunidad de llegar al podio al holandés Van Loon, aunque a más de 1h31m y aclimatándose al Mini, quien se retrasó al comienzo y luego recuperó con firme labor.
Vasilyev ocupaba el último lugar del podio, sin embargo, perdió mucho tiempo en los tramos finales y quedó cuarto y luego los Hummer de Zapletal y Sazonov, postergando a Dabrowski que marchaba tercero al comienzo.

Sin sorpresas, aunque con expectativa, volvió el legendario Faraones al calendario anual y eso, junto con la afirmación de Al-Rajhi como piloto de primera línea, fue lo más destacado de una prueba que iba a estar entre las elegidas por el argentino Orly Terranova, según él mismo nos informó previamente.
Pero el mendocino ni siquiera dio señales cuando su nombre no apareció en el anticipo del equipo X-raid y tratamos de ubicarlo, lo que planteó una sugestiva ausencia del piloto local.

Entre las Motos, la gran mayoría de los equipos oficiales no estuvo en Faraones y dejó el camino libre para el boliviano Juan Carlos Salvatierra que, tal como se preveía, dominó la prueba con cierta amplitud, llevando a la desaparecida Speedbrain a una de sus más destacadas victorias.
El boliviano dominó con firmeza, doblegando a otro sudamericano, el venezolano Nicolás Cardona (Yamaha) por más de 44 minutos.

Aventajaron ambos al quad del mítico Rafal Sonik, clasificado tercero en la sumatoria general de Motos y Cuatriciclos y venciendo en su especialidad.
Buena experiencia para los sudamericanos, a los que sumó el también venezolano Rafael Eraso (Yamaha) ubicado finalmente en el quinto puesto.
Experiencias como esta, con roce internacional, son las que suman experiencia valiosa para pilotos que, habitualmente, se mueven en disputas de cabotaje.