Cables e información llegados desde todo el mundo, nos hicieron saber que, 23 demandantes acusaron a Hyundai y Kia, marcas coreanas pertenecientes al mismo grupo empresarial, ante un tribunal de Los Angeles, California, EE.UU., por mentir en las cifras homologadas de consumo de algunos de sus productos.
Las discrepancias entre el consumo anunciado y el real fueron descubiertas durante las pruebas realizadas por la Agencia de Protección Medioambiental de EE.UU (E.P.A.).
Aunque lo más grave del caso, es que los fabricantes surcoreanos admitieron las acusaciones y aún más: afirmaron que esto incluye a más de un millón de vehículos vendidos recientemente en Estados Unidos (900.000) y Canadá (172.000). Tras lo cual, accedieron a compensar a los propietarios por los costos adicionales del combustible.
Vale acotar que, según los coreanos, los errores de sus datos de consumo se debieron a problemas en sus equipos de medición, y no a un intento de engaño o estafa.

La compensación, fue ofrecida en principio a los 900.000 clientes americanos a través de tarjetas de débito para recargar combustible extra, que contemplan un adicional de 15% de la cantidad del mismo en concepto de reconocimiento por las molestias causadas.
Sin embargo, dicha compensación, que se calcula ascendería a unos 775 millones de dólares, podría quedar minimizada ante la no conformidad de los 23 demandantes en relación a una segunda instancia: la pérdida del valor residual de sus autos.

De prosperar esta segunda alternativa, la misma se accionará automáticamente para que cobren la indemnización determinada el resto de los 900.000 usuarios de ambas marcas afectados, lo que elevaría la cifra hasta valores “supermillonarios”.
Quedó demostrado una vez más que, anunciar algo en publicidad en EE.UU, es completamente vinculante y no incluir salvedades, como en este caso podría haber sido “…el consumo promedio puede variar de acuerdo a la forma de conducir”, puede traer (como de hecho las está trayendo para Hyundai y Kia) consecuencias inimaginables.