Los kei-cars nacieron como consecuencia de la necesidad, como casi todos los grandes inventos de la humanidad.
En este caso, el tema pasaba por la cada vez más condicionada falta de espacio que hay en Japón y más concretamente, en las calles de Japón.
Lo que determinó que se reglamentara con fuerza de ley, la creación de vehículos de no más de 3m30 de largo, equipados con motores que no excedan los 660 cm3 y con potencias que nunca deben de ir más allá de los 64-65 CV.
Así nacieron los kei-cars.

Estos auténticos “miniautos para consumo interno”, no han sido comercializados al exterior, ya que prácticamente toda su producción se vende en la superficie insular del país oriental, no hubo propuestas por importarlos debido a los altos costos impositivos que tienen y, además, por la ubicación del volante a la derecha como opción exclusiva.
Tal es el caso de este nuevo integrante de tan particular segmento, el Honda N One que, respondiendo a las medidas aludidas, tiene un ancho de 1m50, lo que complica sensiblemente su habitabilidad, un tema no menor más allá que las formas cúbicas del vehículo en cuestión pretendan minimizarlo.

Honda propuso para Japón varios niveles de terminación para el N One, donde no están exentos factores deportivos y de lujo. Sin embargo, lo más destacado del N One es su terminación, para un vehículo que puede equiparse con control de estabilidad, climatizador automático, estacionamiento asistido y navegador integrado.
Por lo demás, bueno, condicionado como está por las reglas internas respecto a este tipo de autos en Japón, el N One trae motor de 660 cm3 y 64 CV (equipado con turbo) acoplado a una caja del tipo CVT, lo que, al menos, asegura consumos y emisiones bajísimos.