Desde hace algunos años, Audi viene trabajando en colaboración con la firma Joule Unlimited, empresa dedicada a la biotecnología fundada en 2007 y con sede en Bedford, Massachusstes, EE.UU, que se dedica a la producción de combustibles sintéticos con ayuda de microorganismos especiales.
Si bien la noticia indica con lo que encabezamos este informe, pudimos averiguar que el proceso es bastante simple.
La idea es generar combustibles sintéticos líquidos a partir de CO2 y agua con ayuda de energía solar.
El factor principal en este proceso son los microorganismos especiales, de conformación unicelular y con pocas milésimas de milímetro de tamaño.
Al igual que las plantas, estos pequeños organismos desencadenan la citada fotosíntesis oxigenadora, utilizando la luz solar y el CO2, procedente por ejemplo de los gases de la combustión, para sintetizar hidrocarburos y multiplicarse.

Sin que sea necesaria la presencia de agua limpia, los expertos de Joule han modificado este proceso de fotosíntesis de tal manera que, a partir del dióxido de carbono, los microorganismos especiales sintetizan directamente etanol o alcanos de cadena larga, componentes determinantes de combustible diesel con alto grado de pureza (sin azufre ni aromas).
Joule y Audi erigieron una planta de demostración en Nuevo Méjico, en una desértica región con una intensa radiación solar.
Dadas las posibilidades de utilizar los nuevos combustibles en forma pura o bien mezclados sin inconvenientes con los de corte tradicional, es muy probable que, como parte de las pruebas y la promoción posterior a estas, alguna variante de las nombradas, se utilice en competición a través de las distintas alternativas que, en ese sentido, tiene la marca de los cuatro anillos.