En 1949, el pequeño auto del pueblo llegó a EE.UU.
Donde sorprendió en un mercado de autos grandes, pesados y abrumados de cromados, con su imagen pequeña y sin pretensiones, aunque racional.
Desde esos argumentos, que también le granjearon simpatía, se convirtió en un éxito, a tal punto que, seis años después (1955) de aquellos dos vehículos apenas vendidos en el 49, se pasó a 35.000 unidades comercializadas.
Fue, precisamente, cuando VW decidió instalarse en América.
Cinco años después (1960), el Beetle era un éxito rotundo con 300.000 unidades vendidas y, en 1968, el pequeño VW llegaba a las 423.000 ventas.
Vale acotar que, en 2013, VW vendió 407.000 vehículos…pero de 11 modelos diferentes!!!.

Pero pasó mucho agua bajo el puente, la última generación del Beetle vendió 43.000 ejemplares el año pasado.
Es cierto, hace tiempo que el Escarabajo dejó de ser sorpresa, aparecieron muchos imitadores, la propia industria de los EE.UU generó cambios radicales y hoy, a su modernizada y agradable silueta, solo se la mira con nostálgica simpatía por todo lo que representa.
El nuevo Beetle se transformó en un emblema cool, casi un capricho del mercado y con esto no le alcanza…
Sin embargo, todavía representa mucho; avalado por simpatía y moda, forma parte del desembarco-diesel de la marca en uno de los mercados más reacios del mundo para aceptar esta tendencia y, mientras se consolida esto, el espíritu del Beetle sigue adelante y cumple 65 años…