Los vehículos eléctricos de lujo no son todo lo rentables que desearían sus dueños. Tendencia que acompaña la retracción general de la impulsión 100% de batería en casi todos los segmentos.

No son pocos los usuarios Premium que están sufriendo con determinados modelos de su elección, a quienes ya les están costando más de lo que la lógica depreciación sugiere. En línea con esto, la mayoría arrepintiéndose del momento en que eligieron el Spectre, primer vehículo eléctrico de Rolls Royce.

Unidad que en su arranque le posibilitó jugosas ganancias a la marca, que se erigió en uno de los modelos más vendidos en los últimos años, por delante del mismísimo Cullinan, sin embargo, la parábola no se “aplanó”, sino que continuó con una caída casi brutal. Y lo peor es que estamos hablando de un auto que cuesta medio millón de euros, que si bien no alteran las finanzas de los clientes de la marca, a estos no les hace ninguna gracia ver esfumarse el rédito previsto!

Esto queda reflejado en los volúmenes de ventas dados a conocer por Data Force: luego de un satisfactorio diciembre de 2023, cuando se vendieron 45 unidades; durante el mismo mes de un año después, apenas se comercializaron 19 ejemplares del Spectre, un 60 % menos!

En línea con esta alternativa, un análisis más profundo, esta vez en el mercado de usados, indica que esta tendencia es todavía más significativa. Un reconocido sitio web de unidades con uso en Alemania cuenta con 67 unidades del Spectre que en algunos ofrecimientos de venta se han llegado a rebajar hasta 100.000 euros en el transcurso de un año. Y lo que es peor, se trata de unidades con muy pocos kilómetros de uso. Un ejemplo palpable fue el de un Spectre, con 6.500 kilómetros recorridos, que empezó costando 521.000 euros y al poco tiempo bajó su cotización a 419.000 euros!!

El modelo de dos puertas que sustituyó al Wraith es un perfecto ejemplo de cómo un vehículo que despertó un interés inusitado entre los clientes, va camino a consumarse como un verdadero desastre.

Una tendencia que hasta promete alterar las inflexibles –hasta ahora- reglas de la prestigiosa Rolls-Royce, que prácticamente nunca hizo descuentos ya que sus clientes no los pedían, y ahora quizás deba asumir que tendrá que acatar 'reglas de juego' a las que nunca estuvo acostumbrada su “realeza” !!

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