A la decisión de Mercedes-Benz de ralentizar su rápida transición hacia los EV, a la luz de la marcada desaceleración del mercado de los vehículos eléctricos, le sigue un paso más que no sólo reafirma esto, sino que abre un frente inesperado algunos años atrás, cuando la euforia por los vehículos de baterías prometía concretarse en realidad. Ahora, Mercedes, confirma un cambio de rumbo trascendente al decir de su CEO, Ola Källenius: “volveremos a invertir más dinero en motores de combustión”.

Pasaron tan sólo tres años desde que Mercedes-Benz anunciara que “para el año 2030 nos convertiremos en una marca 100x100% eléctrica”, aunque haciendo la salvedad de que esto estaba supeditado a las condiciones que impusieran los distintos mercados. Ahora, se abre un nuevo panorama que impone aplicar esa “salvedad”, aunque lo más impactante es que se propone hacerlo en el propio mercado europeo que, de acuerdo a lo que se especulaba, surgía como líder en la transición hacia los eléctricos.

En un rápido giro, ya a principios de este año, Källenius, le había adelantado a los inversores de la marca que seguirían invirtiendo en motores ICE más allá de esa fecha, aunque como complemento de una tecnología que aparece como clave en estos tiempos que deambulan entre la incertidumbre y la transición, la de los híbridos plug-in. Y más recientemente, el ejecutivo 'coqueteó' otra vez con el almanaque, aunque en sentido contrario, “los motores de combustión seguirán hasta muy entrada la década de 2030”.

Y si bien el  CEO reconoció que este año la marca invirtió 14.000 millones de euros en sus vehículos de turismo y la digitalización de los mismos, propulsados por motores de combustión y eléctricos (lo que indica que Mercedes no se ha olvidado de los EV) el ejecutivo afirmó que la inversión en los térmicos fue “bastante mayor de la prevista”.

En este sentido, Källenius, mantuvo que para avanzar en este nuevo rumbo “los motores ICE siempre deberán estar al más alto nivel tecnológico. De lo contrario, nuestro negocio de motores de combustión se estancaría de repente en 2027/2028”. Razón por la cual el futuro de los mismos es que estos cumplan con las futuras normativas Euro 7 y China 7.

Este giro de 180º respecto al planteo original es, prácticamente, la admisión confesa de haber sido “demasiado optimistas” con sus ventas de vehículos EV, perspectiva que les hizo confundir sus objetivos de electrificación. Por esa razón, algunos detalles de la futura gama de estos también sufrirán cambios, como por ejemplo, el abandono de los eléctricos con extensor de rango (vía motores ICE, como es el caso de Nissan).

Otro paso que determina la profundidad del nuevo rumbo es que la marca dejará de utilizar las denominaciones EQ para nombrar a sus eléctricos, pasando a utilizar las clásicas.

Respecto a las inversiones en electrificación, si bien los planes de desarrollo parecen que no cambiarán, se estima que sufrirán más alteraciones de las previstas. La reciente noticia de que se paralizaba la construcción de nuevas gigafábricas de baterías en Europa por parte de ACC, es una palpable prueba de que los motores de combustión interna seguirán siendo “el caballito de batalla” que tanto caracterizó a la marca alemana, al menos, por un más prolongado tiempo...

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