Para la marca, el Clase S, no solo simboliza el auto más lujoso y sofisticado de su amplio abanico de posibilidades, sino que refleja su filosofía de desarrollo del auto como concepto general.
Es casi una declaración de cómo debe ser la máxima expresión sobre ruedas de una empresa automotriz con el potencial de Mercedes-Benz.
Algo que quizás no se transmitió puntillosamente en el marco de presentación que propuso la marca hace horas atrás: el informal y bullicioso Abierto de Polo de Palermo 2013 que auspicia la compañía.
Marcado contraste que mezcló a toda la impronta de sofisticación, lujo y tecnología del Clase S, con bermudas, zapatillas, remeras y hasta ojotas, en fin…

Lo concreto es que esta 16ª generación del Clase S que arrancó casi desde sus orígenes (por más que la “S” se agregó recién en 1956) no defrauda en absoluto las expectativas…hasta provoca cierto escozor el solo hecho de pararse frente al que se reconoce como uno de los mejores autos del mundo.

Llega con su versión S 500 Largo (5m25), que tiene 13 centímetros más de distancia entre ejes respecto a la versión Corta, con asientos traseros en configuración para dos o tres ocupantes y una sola posibilidad de motor, caja y tracción.

El motor es un V8 a 90º naftero de 4.663 cm3 con una potencia de 455 CV entre 5.250 y 5.500 rpm. Tiene un torque de 71,4 kgm entre 1.800 y 3.500 rpm, se anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 4s8/10 y desarrolla una máxima (controlada electrónicamente) de 250 km/h.
A este se le acopla una caja A7 denominada 7G-Tronic Plus, que demanda gestión a un diferencial trasero.

Con una llamativa garantía (por lo escasa) de dos años sin límite de kilometraje y con el meneado impuesto a los bienes suntuarios como Espada de Damocles sobre su cabeza, el precio del Clase S en Argentina define también sus dos versiones: u$s 234.000 para la variante cinco plazas y u$s 240.000 para la de cuatro plazas.
Valores importantes, sin duda, que justifica su equipamiento general en materia de tecnología, confort y seguridad.

Y como para no abrumar puntualizamos: suspensión neumática AirMatic, con amortiguación adaptativa y regulación progresiva. Función Start&Stop del motor. Tecnología de iluminación 100% LED. Butacas delanteras y traseras (versión cuatro asientos) con adaptación y memorias eléctricas, climatizadas y con función de masajes. Sistema de visión nocturna para el conductor. Techo panorámico eléctrico. Sistema multimedia con pantalla de 31,2 centímetros.

Climatizador automático adelante y atrás. 12 airbags. Equipo de audio Burmester con 13 parlantes y 590 watts. Terminación artesanal interior con cuero de napa y madera de mirto. Y la mayoría de las siglas que conocemos en materia de ayudas y auxilio a la conducción, ABS, ESP, ASR, BAS, Adaptative Brake, Attention Assist, sistema Pre Safe en todas las plazas y neumáticos Run Flat montados sobre llantas de 18”.

Las aspiraciones de venta del nuevo Clase S son bastante limitadas, tan solo 10-12 unidades por año en Argentina, que seguramente estarán todavía más limitadas en función de las medidas económicas que se avecinan, pero nada que atente contra la filosofía que puntualizamos al inicio de este informe, a lo que se suma un formato de reemplazo casi cinematográfico que propone “La Comezón del Séptimo Año” y que, a estos niveles, es como un valor agregado para el mejor de todos los Mercedes.