Los fabricantes automotrices no entienden el porqué la Unión Europea aún no considera los combustibles sintéticos libres de carbono como una opción valedera. Entre estos y como una prueba más de la validez de los e-fuels, Stellantis demostró que funcionan perfectamente en más de dos docenas de sus motores de combustión, incluidos modelos fabricados hace casi una década.

Profundizando sobre la cuestión, hace unos meses que Alemania consiguió un hito histórico en sus negociaciones con la UE en relación con la transformación de la movilidad. La Comisión de Transporte de la UE necesitaba el apoyo incondicional del gobierno alemán para aprobar el abandono definitivo de la combustión térmica en 2035, sustituidos por los eléctricos (EV). Sin embargo, Porsche, controlador principal del paquete accionario del grupo VW, que invirtió gran cantidad de dinero en el desarrollo de combustibles sintéticos, presionó hasta lograr lo que parecía una utopía.

De paso, la marca alemana le hizo un enorme favor a otros fabricantes de deportivos que se encontraban en las mismas circunstancias, por lo que estas podrán beneficiarse del uso de los e-fuels. Sin embargo, la opción instrumentada por Porsche, poco y nada le decía a las marcas de vehículos convencionales que, en la actualidad parecen “condenadas” a la ruta EV.

Aunque Stellantis si tenía algo que decir. Como uno de los grandes grupos enfrentados con la Unión Europea, el gigante automotriz franco-italiano, que mantiene una estrecha cooperación con Aramco, un especialista en e-fuels libres de emisiones, demostró que el uso de estos combustibles especiales funciona perfectamente en 28 familias de motores térmicos de su propio grupo.

Y lo que es más, ya que la factibilidad llega inclusive a unidades que en la actualidad equipan a vehículos de una decena de años atrás. A grandes rasgos, esto significa que hoy podrían rodar por rutas y calles de todo el mundo alrededor de 30 millones de unidades de las diferentes marcas de Stellantis con bajas emisiones de carbono.

Los técnicos del grupo realizaron pruebas en banco dinamométrico, sin cambiar una sola pieza de los diferentes tipos de motores, demostrando que el uso de los e-fuels reduce las emisiones de CO2 durante el ciclo de vida de los ICE hasta en un 70% comparado con los combustibles tradicionales.

En los citados ensayos, se prestó atención especial a componentes clave que pueden sufrir más, como la capacidad de arranque, el rendimiento del motor, la dilución del aceite y la durabilidad del tanque de combustible, cañerías y filtros, incluidos, además del rendimiento del combustible sintético, tanto en temperaturas extremadamente bajas como altas.

Un importante paso adelante de Stellantis para presionar a la Unión Europea, que se suma al proyecto de nafta sintética de Porsche en Chile a través de su colaboración con Repsol para producir, además, diésel sintético en Bilbao, España. Aramco también está dispuesta a producir similar combustible también en España, sumando esto último a sus desarrollos por nafta sintética en su país de origen, Arabia Saudita.

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