Las ventas de vehículos eléctricos de VW se han convertido en un verdadero problema en los últimos meses, con poco deseadas consecuencias que ya se están empezando a hacer notar en la planta matriz de Zwickau y que proponen una situación muy difícil de revertir.

Previamente, la marca ya había adelantado que los precios de sus eléctricos estaban fuera del alcance de una gran parte de los potenciales usuarios. En 2019, VW anticipó que los modelos de “cero emisiones” no serían baratos y, más recientemente, reconoció que el tema se les había "ido de las manos", lo que implica que, durante este período de cuatro años que pasó, no se hizo mucho para tratar de remediarlo.

La marca lleva meses percibiendo que las ventas de sus tres eléctricos se han reducido considerablemente.

El ID.4, que era el modelo más vendido, sufrió un fuerte retroceso en los últimos períodos, el ID.5 no es una de las opciones consideradas más lógicas por los clientes y el ID.3 también se encuentra en una posición bastante crítica.

Para peor, fuentes internas consultadas destacaron que el ID.4 fue sistemáticamente superado por el Enyaq iV desde el lanzamiento del vehículo de Skoda (2021), marca del propio grupo VW, y lo que es todavía más grave es que utiliza la misma plataforma que su pariente derrotado! Este significativo y claro “aviso” que se manifiesta desde hace tiempo, no tuvo una esperada y acorde respuesta de la marca-madre del grupo, lo que no deja de ser tan sorpresivo como significativo.

En VW, convencidos del éxito del ID.4, descentralizaron la producción del modelo que, en un principio, solamente estaba focalizada en la planta de Zwickau, trasladando parte de la producción al complejo de Emden en 2022. Inclusive, los responsables de la factoría transmitieron a los responsables de la marca la necesidad de derivar modelos, inclusive de otras marcas del grupo, a otras plantas considerando el aumento en la producción del ID.4 en particular.

Sin embargo, la poca aceptación del ID.5 y el derrumbe de las ventas del otrora exitoso ID.4, modificaron sensiblemente el panorama.

Con intención de remediar la preocupante tendencia, la primera medida tomada por VW fue la de no renovar los contratos temporales de poco más de 200 operarios, pero la plantilla tiene otros dos mil trabajadores...

Las fuentes consultadas apuntan que eliminar puestos de trabajo reducirá costos pero esto, de ninguna manera, hará que los clientes vuelvan a interesarse por los eléctricos de la marca. La solución, más dolorosa para las arcas y el orgullo de VW, es rebajar los precios de forma inmediata en todos los países europeos.

Medida que no será uniforme en todos los mercados europeos, en función de las características de cada país y de las estimaciones de cada modelo durante el período en el que puedan mantenerse estos beneficios, ya que se supone que los mismos no serán eternos.

Además, la turbulencia del momento, favorece a sus principales rivales en Europa, por caso, Tesla y la china BYD que, recién llegada al continente europeo, ya lo duplicó en ventas en los primeros aprontes y se enfrenta ahora con VW en su propio “coto de caza”, después de arrebatarle el título de la marca de vehículos electrificados más vendida en China.

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