En la política siempre juegan múltiples factores que condicionan cada decisión con argumentos no siempre avalados por la razón o la necesidad. Y la que ha tomado el estado de Wyoming es un ejemplo más. Se trata, nada más y nada menos, que de eliminar en esa región la venta de unidades eléctricas nuevas a partir de 2035, a contramano de lo que ocurrirá en Europa y en otras regiones del propio EE.UU., como California y Nueva York.

En este caso, hay un motivo más que evidente. Wyoming vive principalmente del petróleo y del gas desde hace décadas y no está dispuesto a renunciar a continuar con esta posibilidad que, además, ha llevado al estado a crear una mega infraestructura a propósito. A tal punto que, a pesar de ser el estado menos poblado (poco más de 500.000 habitantes), es el octavo productor más grande del país norteamericano.

La iniciativa llega de la mano del senador republicano de Casper, Jim Anderson, quien presentó el proyecto a ser legislado a nivel estatal, con la esperanza de eliminar gradualmente la venta de vehículos eléctricos desde ahora y hasta 2035.

Dicho proyecto contó con bastante apoyo por parte de los miembros de la Cámara de Representantes y el Senado de Wyoming y, a grandes rasgos, solicita como primera iniciativa 'que la legislatura aliente y exprese como objetivo que la venta de vehículos eléctricos nuevos en el estado de Wyoming se elimine gradualmente para 2035'. Y continúa, 'que la misma aliente a las industrias y ciudadanos de Wyoming a limitar la venta y compra de vehículos eléctricos nuevos en Wyoming con el mismo objetivo'. Y amplía, 'que el Secretario de Estado de Wyoming transmita copias de esta resolución al presidente de los Estados Unidos, a cada miembro de la delegación del Congreso de Wyoming, al presidente del Senado de los Estados Unidos, al portavoz de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, al gobernador de Wyoming y al gobernador de California'.

En definitiva, lo que el senador Anderson y el resto de políticos que apoyan su resolución demandan, no es que se “prohíba por ley” la venta de eléctricos a partir de 2035, sino que se promocione y anime un boicot al vehículo eléctrico por parte de los ciudadanos, dirigentes y empresas del estado que representan.

En la propia resolución se indican las razones de tal petición, alegando que “la producción de petróleo y gas ha sido durante mucho tiempo una de las industrias más orgullosas y valoradas de Wyoming. Convertida en una actividad que ha creado innumerables empleos y ha aportado ingresos al estado de Wyoming a lo largo de toda su historia”.

Además, la resolución destaca que, “los vastos tramos de rutas de Wyoming, junto con la falta de infraestructura de carga para vehículos eléctricos, hacen que el uso generalizado de este tipo de unidades sea impracticable para los usuarios”.

El texto no se olvida del papel que juegan las baterías de los vehículos eléctricos, afirmando que estas “contienen minerales críticos cuyo suministro doméstico es limitado y se corre el riesgo de interrupción del servicio y otros perjuicios, ya que estos no son fácilmente reciclables o desechables”.

El argumento final de la resolución concluye que “la proliferación de vehículos eléctricos a expensas de los vehículos térmicos tendrá impactos nocivos en las comunidades de Wyoming y será perjudicial para la economía del estado y la capacidad del país para participar en el comercio de manera eficiente”.

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