Independientemente del EV que el usuario elija, tendrá menos kilómetros de alcance en el invierno que en las estaciones más cálidas. Si vive en un área que propone clima frío con frecuencia, tendrá que ser muy cuidadoso en la elección de su vehículo eléctrico. No solo deberá ser inteligente en hacerse de un vehículo eléctrico con la mayor autonomía que pueda pagar, sino también de uno que pierda el menor porcentaje de carga bajo temperaturas frías. Característica que se minimiza si el vehículo se usa para traslados cortos por la ciudad, aunque se agudiza si las distancias son mayores y en descampado.

La razón científica de la pérdida de autonomía en invierno está radicada, principalmente en las baterías, concretamente, en las baterías de iones de litio. Estas son las que monopolizan el mercado en la actualidad y se basan en un electrolito líquido, una sustancia que contiene iones libres y que permite que haya transferencia de electrones entre el ánodo y el cátodo.

El frío aumenta la resistencia interna de las baterías y ralentiza las reacciones físico-químicas, reduciendo la autonomía disponible. Además, las bajas temperaturas provocan una degradación prematura de las baterías. Para minimizar esto, los fabricantes utilizan un sistema de ‘acondicionamiento’ previo de las baterías que las calienta.

Cuando el usuario note una pérdida de rango en climas fríos, no debe preocuparse por el estado de la batería de su EV. La batería en sí no está fallando, simplemente no puede cargarse tan rápido o producir tanto rango por distintas razones. Las principales, según los especialistas de Recurrent, se inician con, "...cuestiones químicas y mecánicas son los dos principales factores que contribuyen para que el fenómeno se manifieste. Esto reduce la potencia de los vehículos eléctricos. Las bajas temperaturas inhiben las reacciones químicas y actúan como una resistencia que ralentiza los procesos físicos".

El artículo continúa explicando que mientras que los vehículos eléctricos producen su propio calor, los vehículos impulsados por motores térmicos utilizan el exceso de calor creado por el motor de combustión interna, lo cual también nos recuerda cuán ineficiente es este último en comparación con un EV, pero ayuda a calentar el vehículo. Para lograr esto en un eléctrico debe extraerse un plus de energía de la batería, lo que afecta todavía más la autonomía.

Dicho esto, el nuevo estudio de Recurrent para 2022 destaca los datos de conducción en clima frío e invierno en el mundo real de 7.000 vehículos , así como una cantidad enorme de datos surgidos de sus respectivas comunidades.

Dicho estudio se ha realizado comparando los datos recopilados con temperaturas de 20 ºC y los recogidos con temperaturas comprendidas entre -1 y -6 ºC. En algunos casos, el resultado es una estimación a partir de los datos recopilados por el sistema del propio vehículo. En otros, además de estos, se han utilizado los datos recogidos por los sensores originales de Recurrent.

Según el informe, los cinco vehículos con menor nivel de pérdida de energía son:

-Jaguar I-Pace: 3 % de pérdida con 20 ºC (estimado)

-Audi e-tron: 8 % de pérdida con 20 ºC (estimado)

-Tesla Model X: 15 % de pérdida con 20 ºC (verificado)

-Tesla Model Y: 15 % de pérdida con 20 ºC (verificado)

-Tesla Model 3: 17 % de pérdida con 20 ºC (verificado)

Como contrapartida,  los cinco vehículos cuyo nivel de energía se ve más afectado por las bajas temperaturas, perdiendo kilómetros de autonomía, son:

+Chevrolet Volt: 32 % de pérdida con 20 ºC (estimado)

+VW ID.4: 30 % de pérdida con 20 ºC (verificado)

+Ford Mustang Mach-E: 30 % de pérdida con 20 ºC (verificado)

+BMW i3: 24 % de pérdida con 20 ºC (estimado)

+VW e-Golf: 23 % de pérdida con 20 ºC (estimado)

El gráfico que proponemos a continuación plantea el fenómeno en detalle y de manera más elocuente:

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