Industria Automotriz SALIDA

FORD Y MERCEDES TAMBIÉN SE VAN DE RUSIA

28/10/2022. Ambas decidieron cancelar sus gestiones empresariales después de haber estado meses sin producir ningún vehículo en dicho país, agudizando la debacle de la industria automotriz local iniciada en febrero, cuando comenzó la invasión a Ucrania...

Entre marzo y abril, las fábricas con orígenes extranjeros fueron deteniendo su gestión sucesivamente en Rusia.

Falta de componentes, sanciones y cortes de rutas de transporte, comenzaron a afectar una actividad que se hizo imposible de gestionar en un país que no ofrecía los componentes necesarios para autoabastecerse, en un marco absolutamente enrarecido, no solo por esas carencias, sino por la situación política.

Ahora, luego de la despedida de VW que tratamos oportunamente en este espacio (20/10), son  Mercedes-Benz y Ford las que se retiran con carácter prácticamente definitivo quienes, al igual que otras automotrices que anunciaron su partida, luego de meses de inactividad ante la imposibilidad de conseguir componentes, cancelan absolutamente todas sus operaciones.

La marca alemana hasta se desprende de su red de concesionarios, que pasarán a estar controlados por el distribuidor local Avtodom. Sus resultados financieros no van a ser afectados por este desequilibrio en su balance ya que estaba previsto. La transacción está pendiente de la aprobación de las autoridades rusas y el cumplimiento de las condiciones contractuales.


En el caso de Ford, lo cierto es que el retiro en cierta forma está en línea con un proceso que se inició en 2019, cuando la marca anunció que detenía la fabricación de vehículos de turismo. En aquel momento, cesó dicha producción como la de motores en otra fábrica situada en Elabuga, que es la que se acaba de cerrar y vender. El único modelo que se estaba haciendo hasta que se inició el conflicto ruso-ucranio fue la furgoneta Transit, líder en su segmento en Rusia en algún momento.

Ford mantenía un joint-venture con Sollers, (51% para los locales y 49% para la marca americana) y la venta de su participación se realizó por el valor simbólico de “un euro”, como sucedió con otros fabricantes, lo que les permitiría durante cinco años la opción de volver y recomprar dicha participación.

En Rusia, el panorama es cada vez más parecido a la época soviética. Por un lado, está AvtoVAZ, ahora controlado por las autoridades rusas, que pueden continuar produciendo porque tienen mucho contenido local de piezas. Por otro lado, está la intención de revivir la vieja Moskvitch a partir de algún derivado chino, seguramente GAC.


El resto de plantas que han ido abandonando los fabricantes occidentales y japoneses, por el momento, están detenidas, lo que podría ser una gran oportunidad para algunas automotrices chinas, ante la posibilidad de desembarcar en Rusia en condiciones muy ventajosas, aunque para que su negocio sea redituable, deberán superar el momento depresivo del mercado.

Son pocos los emprendimientos automotrices extranjeros que todavía sobreviven en Rusia. Kia tiene todavía una fábrica en San Petersburgo, junto a Hyundai; Mazda lo está evaluando; Stellantis y Mitsubishi lo mismo, y VW todavía no ha encontrado un comprador para su parte, aunque la decisión de retirarse ya fue tomada.

Ford y Mercedes-Benz solo han oficializado lo inevitable: si no pueden fabricar ni importar vehículos, no hay negocio, así que lo más sensato es partir...

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