Las actuales gamas Charger y Challenger de Dodge deberían ser casos de estudio en las escuelas de marketing, y es que a pesar de su avanzada edad y desactualización, no dejan de sorprender con nuevos éxitos comerciales, incluso por sobre sus históricos y evolucionados rivales, notablemente más avanzados y renovados estéticamente.

Tanto uno como el otro, son vehículos que por su trayectoria e imagen trascienden las categorías habituales, ya que pese a su silueta sedan (Charger) y cupé (Challenger) se encuadran en ese particular “apéndice” en que se ha convertido el especial segmento muscle-car estadounidense. Un nicho de mercado muy concreto que no se rige por las mismas reglas que el resto del mercado y donde el diseño, la potencia, la tradición y hasta el espíritu, son aún más determinantes que cualquier otra aptitud.

Allí es donde el Dodge Challenger, que nació para competir contra la generación anterior de sus actuales rivales, Mustang y Camaro, propone  una configuración técnica notablemente más desactualizada que las de estos últimos que, precisamente, dieron el mayor salto evolutivo de su historia con el estreno de sus versiones actuales.

En ese singular enfrentamiento es donde la política comercial de Dodge está resultando muy exitosa, ya que a pesar de la anticuada propuesta del Challenger, su gama ha sido creada en torno a dos de las premisas que se han revelado significativamente determinantes entre los cultores de los muscle-cars. Por un lado, enormes y potentes motores V8 vinculados a un eje trasero rígido y luego, una enorme gama compuesta por distintas versiones deportivas y la gran mayoría de estas a precios bastante accesibles.

El segundo trimestre de este año ha vuelto a ser una de esas raras ocasiones en las que el rey indiscutido de los muscle-cars, el Mustang, ha sido destronado de nuevo por el veterano Dodge Challenger que, gracias a su atractiva oferta, lo superó con una cifra de ventas trimestral de 15.052 unidades, 376 unidades más que el Mustang (14.676), exigua diferencia, aunque diferencia al fin, que se convierte en astronómica en relación al  Camaro que, luego de su polémico restyling, no ha detenido su caída comercial, en este caso, con sólo 2.792 unidades comercializadas en dicho trimestre, lo que supone una delicada situación para el modelo de Chevrolet.

Fuente: motor.es

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