Durante la asamblea general de la marca, de Meo dio a conocer la nueva estrategia de responsabilidad social y medioambiental (RSC) empresarial del Grupo Renault, al anunciar que los próximos vehículos de la marca francesa estarán limitados a 180 km/h de velocidad máxima.

Se trata de un límite similar al que ya impuso Volvo desde 2020 y que también se aplicará a los vehículos de Dacia, aunque no así a los Alpine que, al menos por el momento, se librarán de esta restricción.

El ejecutivo amplió que el futuro Mégan-e 100% eléctrico contará con una limitación aún más estricta condicionado a 160 km/h de velocidad máxima. Modelo que será el primero de la marca en contar con un control de crucero adaptativo que respetará los límites de velocidad según las señales de tráfico y los datos de geolocalización. El sistema, que recibe el nombre de ‘Safety Coach’ (SC), también tendrá en cuenta las características y perfil de la ruta, por ejemplo, curvas peligrosas y rotondas, al mismo tiempo que podrá “reemplazar” al conductor en determinadas situaciones.

En este sentido, el SC recibirá distintos datos del vehículo y también tendrá en cuenta desde la meteorología hasta el nivel de atención del conductor. El propio de Meo especificó que “si los sensores detectan que las manos ya no están en el volante, el vehículo se pondrá –automáticamente- en modo seguro”, y amplió que el sistema podría aplicarse a toda la gama Renault.

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