El Chrysler 300C se presenta como una “rara avis”, a partir de la inexistente presencia de grandes sedanes americanos en nuestro mercado.
Una categoría que fuera popularizada en Argentina, precisamente, por los típicos productos norteamericanos de los “tres grandes de Detroit”.
Sin embargo, no viene a reflotar ningún segmento en particular, sino a competir con el escalón inferior de los sedanes similares de las marcas Premium alemanas, a partir de un precio competitivo para la franja, u$s 82.000, y con un diferencial de potencia a su favor a partir de los 286 CV de su única motorización, el Pentastar V6/3.6 litros (34,7 kgm a 4.650 rpm de torque) al cual va acoplada una caja A8 y tracción trasera.


El Chrysler 300C está realizado sobre la plataforma que también usan la Maserati Ghibli y el Lancia Thema, mide 5m06 de largo y tiene una generosa distancia entre ejes de 3m05, lo que le proporciona gran amplitud interior.
Montado sobre llantas de 20” y con un coeficiente aerodinámico bastante bajo de 0,32, propone una marcada elegancia, con cierto aire de deportividad.
En esto tiene mucho que ver su limpieza de diseño a partir de una parrilla de gran sección, enmarcada por faros bi-xenón HDI adaptativos, auxiliados en su función por poderosos antiniebla delanteros y traseros (trae encendido de luces automático).
La fluidez de la línea se prolonga en la cintura y remata en una sección posterior con innegable personalidad.


Viene de serie con siete airbags, controles de estabilidad y tracción, asistencia al arranque en pendientes, tapizado de cuero, asientos delanteros ventilados y calefaccionados, techo solar panorámico, cámara de MA combinada con sensores delanteros y traseros, climatizador bizona, asientos traseros calefaccionados, inserciones en madera, audio AM/FM con nueve parlantes, reproductor de DVD y pantalla táctil multimedia con GPS, entre otros elementos.
Como los principales productos del grupo, el Chrysler 300C, tiene una garantía de dos años ó 50.000 kilómetros.