"La gente se quejaba del cierre de las fábricas de Ford", amplió  Bolsonaro a sus partidarios frente a su residencia oficial en Brasilia, ayer por la tarde, "lo siento, pero ya no seguiré gastando su dinero para mantener esas plantas".

A principios de esta semana, Ford Motor Co. anunció que cancelaría sus operaciones de fabricación después de más de un siglo en Brasil, cerrando tres plantas y eliminando casi 6.000 puestos de trabajo en 2021 como parte de una reestructuración global. Fue un golpe simbólico para la administración del grandilocuente Bolsonaro, que se comprometió a impulsar la economía más grande de Sudamérica a través de políticas favorables a las empresas y medidas de austeridad.

La compañía citó un "entorno económico desfavorable y la carga adicional de la pandemia" en su anuncio de reestructuración el lunes y no respondió de inmediato sobre los comentarios que Bolsonaro comenzó a manifestar a partir de la citada decisión.

Desde que Ford comunicó su determinación de abandonar industrialmente Brasil, el presidente brasileño ha acusado a la compañía de intentar obtener subsidios adicionales para mantener “a flote” sus operaciones en el país vecino. Horas atrás, puntualizó que Ford había recibido casi 20.000 millones de reales (u$s 3.770 millones de dólares) en asistencia en los últimos años, sin proporcionar más detalles.

“Ford cerró debido a que no pudo contra su competencia, no hay más subsidio de nosotros”, terminó sus declaraciones el primer mandatario brasileño.

Fuente: AN Europa.

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