Mercedes-Benz ha producido el Clase G desde 1979 y ahora ha alcanzado otro hito de producción con 400.000 unidades. Lo decíamos, si bien no es un número tan significativo como para celebrar “con bombos y platillos”, siempre es valorable y para destacar por su condición de auténtico emblema de la marca, inevitablemente, una silueta que no necesita de rasgos, “firmas” o logos para ser reconocida.

El Mercedes-Benz Clase G nació como un vehículo militar, y se sometió a pruebas exhaustivas bajo todo tipo de condiciones de terreno, clima y situaciones a las que tendría que enfrentarse un vehículo absolutamente polivalente. En los primeros tiempos, fue considerado por las fuerzas armadas de muchos países, incluido el propio Canadá, que tomó otra dirección antes de cambiar de rumbo casi 30 años después y comprar G-Wagons a principios de la década de 2000.

El modelo “de calle” se lanzó  en 1979 con cuatro opciones de motor, una versión convertible y opciones de distancia entre ejes corta o larga, y se mantuvo prácticamente sin cambios hasta 2018. Todo lo que ganó con el tiempo fue una serie de motores cada vez más potentes, incluyendo un V12 y algunas ediciones especiales como la de tracción en cuatro y seis ruedas y con chasis sobre-elevado y tracción integral.

El G-Class nº 400.000 es un G 400 d, con un IL6/2.9 litros turbodiésel que genera 330 CV y 834 Nm de torque. Está terminado en color rojo oscuro y se unirá a la colección del que debe ser uno de los fanáticos del modelo más grandes del mundo. El propietario, un cliente de larga data de Renania, tiene alrededor de 20 modelos de Clase G, lo cual fue aprovechado para la ocasión por la marca quien aseguró que el lema del propietario es, "no puedo estar sin un G".

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