La estatuilla de la dama alada que simboliza el Spirit of Ectasy ha adornado el capot de los Rolls-Royce durante más de un siglo y es instantáneamente reconocida como el emblema de la marca.  Motivo por el cual, en los últimos tiempos y para para aquellos usuarios de vehículos de la marca que no sólo admiraban la pequeña escultura, sino que deseaban destacarla aún más, RR ofreció como opcional una versión iluminada de la misma, proceso relativamente sencillo a partir de una dama en cristal esmerilado, iluminada desde abajo, creando así un aspecto brillante tan llamativo como interesante.

Sin embargo, el singular destaque ya no podrá ser disfrutado por los usuarios europeos de la marca, que deberán “conformarse” con la versión tradicional plateada, en muchos casos, reemplazando a la versión iluminada y en otros, sin la posibilidad siquiera de poder acceder a ella.

Las nuevas regulaciones de la Unión Europea no permiten el Spirit of Ecstasy iluminado, ya que ahora viola ciertas leyes de contaminación lumínica. Razón por la que Rolls-Royce ha tenido que eliminar dicha opción de sus vehículos.

Los propietarios actuales de Rolls con la opción instalada también tienen que llevar sus unidades a los concesionarios para que sustituyan la versión iluminada por una versión estándar, que será gratuita. También, los clientes recibirán un reembolso completo del costo del “espíritu iluminado”, además de una opción adicional diferente a elección.

Esta parece una regulación –mínimamente- tonta, aún si las leyes de contaminación lumínica realmente se están aplicando en forma enérgica, ¿hasta dónde una estatuilla iluminada de menos de 15 centímetros de alto realmente crea una suficiente contaminación lumínica como para ser un problema?

Podemos decir que el Spirit of Ecstasy iluminado, por llamativo y hasta sorprendente, es impropio de la prosapia de un Rolls-Royce pero, ¿hasta qué punto hay una razón realmente valedera como para prohibirlo? La opción elegida por muchos fanáticos de la marca, en este caso, solo debería estar regida por su capacidad económica para conseguirla, respetable aunque no sea de nuestro agrado...

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