Maravillosamente deteriorado, crujiente, pero absolutamente original, este Ford Mustang GT 1968 ha llegado a un nuevo destino después de “un largo y sinuoso camino”...
Su primer paso lo dio saltando por las onduladas calles de San Francisco, California, siendo uno de los dos fastback color Highland Green comprados por Warner Bros para “protagonizar” la película de detectives Bullitt , junto a un actor obsesionado por los autos y el automovilismo, Steve McQueen.
Cuando Bullitt fue terminada, el Mustang fue vendido al empleado de Warner Bros, Robert Ross, antes de pasar a manos, durante varios años, de un detective real! Luego, en 1974, desapareció con su cuarto dueño, Robert Kiernan, en Nueva Jersey.
Volvería a aparecer, por sorpresa, décadas más tarde, presentado por Ford en el auto show de Detroit 2018, pero su rutilante camino no terminó allí: acaba de venderse por U$S 3.740.000 en la subasta de Mecum, el precio de venta más alto que se haya pagado por cualquier Mustang en una subasta pública. Lo que, además, lo convierte en el precio más alto pagado por un muscle car estadounidense en una subasta, superando al convertible Plymouth Hemi 'Cuda 1971, vendido por Mecum en 2014 por U$S 3.500.000.
Su antiguo propietario, Kiernan, había pasado años rechazando ofertas para comprarlo, incluso del propio Steve McQueen. A fines de la década de 1970, McQueen, que condujo el auto en distintas escenas de la película (inclusive en la persecución –de 11 minutos!- que aún se considera como “la mejor de la historia del cine”), estaba ansioso por recuperar el pony car con su V8 de 390-cu.in (6.390 cm3), pero no pudo hacerlo. En una carta, McQueen hasta le rogó a Kiernan que le vendiera el Bullitt Mustang, incluso ofreciéndole reemplazarlo con un Mustang nuevo. Todo fue en vano. Kiernan quería quedarse con el auto, lo que significaba que McQueen no podría comprarlo.
Sería la última oportunidad del actor por tenerlo, en 1980, un cáncer se llevó su vida...
Durante casi tres décadas, los fanáticos de Mustang, Bullitt y McQueen sabían que el auto estaba escondido en algún lugar, pero ¿dónde? Kiernan mudó a su familia a Cincinnati en 1984 y se llevó el Mustang con ellos. Una década después, los Kiernan volvieron nuevamente a Florida. El Mustang estuvo “de vacaciones” en la casa de un amigo en Kentucky hasta que, en 1985, Robert lo guardó en la nueva granja familiar en Nashville, Tennessee. Pero no sería hasta 2001 cuando Robert y su hijo, Sean, se inspiraron poniendo en orden de marcha el Mustang, después de ver el lanzamiento de la primera unidad de producción de la edición Mustang Bullitt.
El paso del tiempo y la aparición del mal de Parkinson, junto con el hecho de mantener la granja familiar económicamente viable, se convirtieron en nuevos focos de atención para Robert, antes que restaurar y/o mantener el viejo pony.
Después de la muerte de Robert en 2014, su hijo Sean, finalmente, puso en condiciones el Mustang, una vez más...
En 2018, conmocionó al ámbito estadounidense cuando permitió que el legendario auto de la película se exhibiera en la presentación del Ford Mustang Bullitt de 3ª generación en el salón de Detroit. A partir de lo cual, Sean presentó el auto en lugares como el museo LeMay en Tacoma, Washington, el Concours d'Elegance de Amelia Island y otros acontecimientos automovilísticos.
Y ahora, un postor en la subasta de Mecum, con una cuenta corriente abultada, logró lo que Steve McQueen, quien le compartiera su status de leyenda a este particular Mustang, no pudo: comprar uno de los dos fastbacks Ford Mustang GT 1968 utilizados para filmar la película Bullitt.
Seguramente, convirtiendo esta nueva etapa en otro capítulo de la fantástica historia de uno de los autos más famosos –sino, el más- en la historia del cine y del auto!!!
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