Deporte 24 HORAS DE LE MANS

DEL ERROR AL “HORROR”

20/06/2019. No fue un sensor deficiente el que conspiró contra la victoria de Conway-Kobayashi-López en Le Mans, sino una conexión equivocada del mismo que lo hizo señalar a otro neumático en lugar del que realmente tenía pérdida de presión…

Como supo sucederle en varias ocasiones durante las decenas de intentos fallidos para ganar en Le Mans, Toyota una vez más vio como el auto candidato a vencer las 24 Horas sufría una falla de tono muy menor que cancelaba esta posibilidad dramáticamente y sobre el final. Y aunque la victoria de ninguna manera se le iba a escapar de las manos por segundo año consecutivo –ahí estaba el TS050 de Buemi-Nakajima-Alonso para asegurarlo- lo sucedido invita a reflexionar de por qué tantos años de frustraciones cuando no competía “contra sí misma y/o contra la carrera” sino frente a rivales mucho más exigentes, como Audi o Porsche, por ejemplo...
En esta ocasión, luego de innumerables cambios de neumáticos realizados en forma normal durante tests previos, ensayos, clasificación y carrera, un sensor de presión de aire, supuestamente defectuoso, derrumbaba el impecable trabajo del trío dominante, Conway-Kobayashi-López, sobre el mejor auto que hubo en Le Mans para alcanzar la victoria absoluta.
Según pudo conocerse ahora, el sensor de presión de neumáticos citado fue conectado incorrectamente, enviando información de un neumático distinto al que le correspondía. Por lo tanto, no fue un problema con el sensor en sí, como pensó inicialmente Toyota, sino que el equipo se equivocó al conectarlo. La antena que se suponía que estaba captando la señal del neumático delantero izquierdo, en realidad estaba recibiendo señales de la goma trasera izquierda, y viceversa. Los sensores funcionaban perfectamente bien; sólo que estaban informando desde la ubicación equivocada!!!...
Un error casi de principiante del equipo más poderoso que tuvo las 24 Horas, con un presupuesto fenomenal, y que representa a una marca con uno de los historiales más frondosos en la carrera más importante del mundo, es poco menos que inaceptable. Es cierto que un error de este tipo se hubiese podido detectar, sin provocar el mismo resultado, cuando todo marchaba a la perfección en los días previos, y casi hubiese sido anecdótico, pero es bien sabido que Le Mans también es una verdadera “caja de sorpresas” que no conviene destapar, para lo cual, asegurarse que toda la información del auto se transmita desde la pieza, el elemento o el lugar correcto, más que importante, es vital.
Y con el error a cuestas, tuvo lugar la otra decisión que agravó la gestión del equipo al cambiar solo un neumático cuando los sensores indicaban que había una baja de presión en una goma. De alguna manera fue razonable, ya que esto le hubiese permitido al Toyota nº7 volver a pista más rápidamente, sin embargo, ante un pinchazo repentino, hubiera sido mucho más criterioso cambiar todos los neumáticos, aunque solo sea para asegurarse de que la pinchadura no fuera el resultado de haber circulado sobre algunos restos de otros vehículos dañados en el fragor de la carrera. El nº 7, con Pechito al comando, podía darse el lujo de perder unos segundos más, la victoria, si bien no estaba asegurada, en ese momento estaba a buen resguardo.
Y Le Mans, una vez más, se encargó de recordarles que no todo es cuestión de velocidad…
Fuente: Motorsport

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