Deporte
24 HORAS DE LE MANS 2019
LA RULETA CANTÓ OTRA VEZ EL Nº8
16/06/2019. Algo sugeríamos la semana pasada respecto a los “caprichos y preferencias” de una carrera tan inigualable como mítica que una vez más mostró esa característica y, como también supo suceder, con final dramático, privando de un merecido triunfo al Toyota nº7 de Conway, Kobayashi y Pechito López, dominador durante casi toda la prueba, y privilegiando al nº8 de los finalmente campeones entre los pilotos LMP1 del WEC, Buemi-Nakajima-Alonso. Un doble suceso exagerado, al menos en lo que respecta al resultado de la prueba, aunque menos inaceptable que la gestión del equipo Toyota, principal responsable del error que evitó que un argentino volviera a seguir los pasos de Froilan en Le Mans…
De muy poco sirvió que el responsable máximo de Toyota (Vasselon) y su piloto-estrella (Alonso) coincidieran en que los compañeros de equipo del TS050 nº7 eran quienes merecían la victoria en Le Mans.
Una consagración muy merecida después de un gran trabajo hecho durante casi toda la carrera, que los puso en la antesala del triunfo hasta que, de una insólita manera, se les escapó de las manos cuando una falla en los sensores de presión de los neumáticos hizo que creyeran en una pinchadura en la goma delantera derecha, cuando en realidad se trataba de la trasera derecha (situación algo parecida a aquella detención en boxes de Mansell cuando dominaba en Montecarlo ’92 que le sirvió el triunfo a Senna).
En esos momentos, López, a cargo del nº7 tenía una cómoda ventaja sobre el nº8 acercándose a la hora final de carrera, cuando se informó de un problema de presión en uno de sus neumáticos y se fue a boxes.
Pero el cambio salvador comenzó a mostrar su faceta más dramática cuando, según el equipo, un problema con el sensor de presión hizo que cambiaran la goma delantera derecha en lugar de la trasera derecha (n.d.l.r. ¿?), obligándolo a una segunda parada luego de recorrer el circuito a marcha muy lenta (la presión de la goma afectada era cada vez menor), demora que permitió que Kazuki Nakajima, a cargo del auto nº 8, tomara el comando de la carrera con poco tiempo por delante para que otras sorpresas alteraran el resultado.
"No lo puedo describir. Lloré todo el camino de regreso a boxes, es muy doloroso. Pero es así", manifestó un desconsolado López. Luego explicó que el equipo le había dicho que la advertencia del sensor se restablecería cuando saliera de boxes después del cambio, pero unos pocos metros después de hacerlo se dio cuenta de que todavía tenía un pinchazo!!!
Para colmo, Pechito perdió mucho menos en la primera detención por que la presión del neumático afectado no cayó rápidamente. En cambio, para la segunda, la misma estaba por debajo de 0,5 bar, lo que lo obligó a conducir a marcha más lenta para evitar el ”destalonamiento” de la goma afectada.
Así lo confirmaba el piloto argentino, “fue realmente muy extraño, porque faltaba poco, no estaba tomando riesgos e intentaba hacer todo a la perfección. Vi la alarma, pero no me preocupé mucho, el auto no se sentía mal, podía andar a 200 km/h y pude llevarlo a boxes sin perder mucho. El problema fue que cuando salí de nuevo, la otra goma pinchada tenía la presión demasiado baja y corría el riesgo de que el neumático explotara, entonces me vine a 50 km/h…”
Según el Toyota Gazoo Racing, se consideró en alterar el nuevo orden establecido por la contingencia del TS050 nº7 y el jefe de equipo Rob Leupen explicó que la marca "pensó en hacer algo" con respecto a dicho orden antes de decidir lo contrario, "pero eso no hubiese sido lo correcto", amplió. Para endilgarle el resultado final, como suele pasar cuando las explicaciones no alcanzan, a la mística de las 24 Horas,"finalmente, creo que hicimos lo correcto. Le Mans eligió nuevamente a sus ganadores".
Eso no significó que Leupen se quedara con sentimientos encontrados, a pesar del segundo triunfo consecutivo de Toyota en Le Mans. "Cuando la carrera estaba encarrilada, queríamos hacerla realmente aburrida, pero eso no sucedió. El auto nº7 fue, por mucho, el más rápido de los dos, y me duele mucho que el equipo no haya respondido en consecuencia".
La alternativa más lógica quizás hubiera sido cambiar los cuatro neumáticos del nº7 en la primera parada para evitar sorpresas, sin embargo, esto no ocurrió pese a que fue evaluado en su momento, “a veces, una situación irregular lleva a tomar una decisión incorrecta”, fue la sugestiva respuesta del jefe de equipo.
Lo concreto es que Toyota puso a disposición de un piloto argentino todo su potencial para ganar la carrera más importante del mundo, tan importante como un campeonato y con el valor de una consagración imborrable y trascendente (sino, piensen en otros ganadores de Le Mans, como Hulkenberg, hoy en F1, y Hartley, quien después de haber pasado por F1 vuelve al WEC para reemplazar a Alonso!). Sin embargo, ese “todo” también contemplaba una cuota de error que se manifestó en un momento clave y con uno de los que menos la merecía y quien estaba entre los que más hicieron para que Le Mans se congraciara y le entregara parte de su gloria. Quizás “reflexione” y lo compense en 2020…
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