El sueño de Sergio Marchionne parece acercarse cada vez más a la realidad.
Hace unos años, el entonces CEO de Fiat Chrysler, parecía urgido por fusionar o asociar al conglomerado que lideraba con otro similar, cualquiera que fuera... El visionario líder de FCA, advertía sobre un desperdicio de energía y capitales si cada compañía o marca de autos continuaba desarrollando y produciendo sus propios modelos, motores, transmisiones y piezas en cantidad cada vez mayor a lo largo de los años. Hecho agravado, según la idea de Marchionne, por las enormes inversiones de capital requeridas para la electrificación y la autonomía, cuya llegada ya era una realidad.
Ahora, la propuesta concreta de fusión de FCA a Renault, sin la presencia física de Marchionne, adquiere dimensión de un legado por más que se plantee como verdadera necesidad…
Un anuncio en el sitio web de FCA promocionó dicha fusión como una oportunidad para ahorrar 5.000 millones de euros al año en sinergias, fusionar plataformas y sistemas de propulsión y volcar capital en vehículos eléctricos y otras nuevas tecnologías. Ampliando que esta alianza no necesariamente requeriría el cierre de plantas de ambas partes.
La combinación propuesta crearía un fabricante automotriz global, preeminente en términos de ingresos, volúmenes, rentabilidad y tecnología, beneficiando a los respectivos accionistas y a partes interesadas de las respectivas compañías. El nuevo grupo vendería aproximadamente 8,7 millones de vehículos al año, sería líder mundial en tecnologías de EV, marcas Premium, SUV, pick ups y vehículos comerciales ligeros y tendría una presencia global más amplia y más equilibrada que cualquiera de las compañías en forma independiente.

Los beneficios de la transacción propuesta no se basan en el cierre de plantas, sino que se lograrían a través de una inversión más eficiente de capital en plataformas, arquitecturas, motores y tecnologías de vehículos globales comunes. Por lo tanto, la junta de FCA cree firmemente que esta combinación, que tendría la escala, la experiencia y los recursos para navegar por una industria automotriz que cambia rápidamente, crearía nuevas oportunidades para todas las partes involucradas.
Bajo este plan, FCA y Renault se fusionarían, y eso pondría a FCA como un nuevo socio en la alianza existente con Nissan y Mitsubishi. Las empresas japonesas están aliadas con Renault desde hace años, pero no se han fusionado formalmente, ya que los intentos de Renault en ese aspecto han encontrado fuerte resistencia por el lado de Nissan (todavía sensible por el caso Ghosn).
La combinación de los negocios reunirá fuerzas complementarias. La combinación crearía un portfolio de marcas que brindaría una cobertura completa del mercado con presencia en todos los segmentos clave, desde marcas de lujo/Premium, como Maserati y Alfa Romeo, hasta marcas generalistas como Dacia y Lada, e incluiría a las conocidas Fiat, Renault, Jeep (una de las más lucrativas del mundo) y Ram, además de vehículos comerciales. Groupe Renault tiene una fuerte presencia en Europa, Rusia, África y Medio Oriente, mientras que FCA se encuentra en una posición única en los segmentos de alto margen en América del Norte y es líder de mercado en América Latina.

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