No es ninguna novedad que las carrocerías de tres puertas se encuentran en franca retirada.
El nuevo VW Polo que se presentó hace unos pocos meses sólo es ofrecido con carrocería de cinco puertas y la VIIIª generación del VW Golf que se presentará este año continuará en esa misma línea, ya que también se despedirá de la carrocería de tres ingresos y, por primera vez en su historia, no contará con ese tipo de carrocería dentro de su gama.
Este no es un fenómeno aislado o, si se quiere, una moda pasajera como en varios otros casos, sino que por el contrario es una tendencia que parece haberse establecido y que ya tiene en otras marcas del grupo VW (Seat, Audi, Skoda) así como en Renault y Peugeot, ejemplos que consolidan el rumbo y sin que se vislumbre marcha atrás.
Esto último es casi una sentencia para las siluetas de tres puertas, que ahora ve como el máximo referente hatchback abandona la configuración en beneficio de la practicidad que ofrecen las cinco puertas.
Una practicidad que, precisamente, encasilla dramáticamente la estética de la silueta hatchback, eliminando una de las pocas alternativas estilísticas que podía marcar diferencias en un panorama demasiado estandarizado y aburrido, con vehículos muy prácticos, pero demasiado impersonales y con poca gracia.

Entre los pro y contra que podrían argumentarse en favor de uno y otro formato, podríamos decir que los cinco puertas son más prácticos, por el incuestionable mejoramiento del acceso a las plazas traseras y al hábitat en general y que también resulta beneficioso para los ocupantes de los asientos delanteros que, debido a las menores dimensiones de las puertas, estas son más fácil de operar en espacios acotados. Como contrapartida, a la alternativa estética que destacábamos, los tres puertas suman, menor cantidad de elementos que podrían fallar y que encarecen el producto (manijas, cerraduras y trabas de puertas, levantacristales eléctricos, etc) y un detalle no menor como lo es el hecho de que esta silueta tiene mejor resuelto el tema de la rigidez torsional de la plataforma, al disponer de bastante menos espacio entre los parantes principales del vehículo y que, junto con la menor cantidad de elementos que citábamos, teóricamente, proponen menos posibilidades de ruidos, chirridos y otros que presentan a menudo las carrocerías.
Sin embargo, el avance de la tendencia cinco puertas se presenta irresistible, y el “incómodo” recurso estilístico de las carrocerías de tres puertas parece haber entrado en su espiral descendente, especialmente, ahora que uno de sus máximos referentes, el nuevo Golf, la abandonará definitivamente desde la generación que viene.

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