Generalmente, los ingenieros siempre pusieron el mayor énfasis en mejorar la conducción de los autos deportivos sobre superficies secas. Sin embargo, vehículos cada vez más livianos y neumáticos cada vez más anchos sobre esos mismos vehículos incrementaron, sobre piso mojado, la nada deseable posibilidad del aquaplaning, inclusive mucho más fácilmente en este tipo de vehículos que, por ejemplo, en un SUV, más pesado y con ruedas más angostas.
La mejor solución ante esta eventualidad es, simplemente, reducir la velocidad y cambiar al carril lento, pero los usuarios de Porsche 911 no están acostumbrados a esto y siempre creyeron que los sistemas de control, como el ESP, ayudaba a estabilizar el vehículo también bajo estas condiciones. Sin embargo, este sistema no fue diseñado para tal tarea sobre piso mojado y hasta “podría hacer relativamente poco para evitarlo”, según Ulrich Morbitzer, jefe de desarrollo de chasis de autos deportivos en Porsche.
Así que, junto con varias mejoras como un reforzador de frenos electrónico, amortiguadores con adaptación constante y ruedas combinadas, con llantas traseras más grandes (21”), Porsche sumó algo más al chasis del 911 de octava generación. Todos los nuevos 911 traerán ahora sensores en miniatura que analizarán –indirectamente- la intensidad del agua del asfalto salpicada en los pasarruedas delanteros y, dependiendo de la velocidad de esta, lanzarán una advertencia al conductor recomendando la activación del Wet Mode.
Una vez activado, el vehículo comienza a prepararse para el posible aquaplaning. La acumulación de torque del motor se reduce y se redistribuye mayormente hacia las ruedas delanteras más pequeñas para aumentar la estabilidad, se despliegan los spoilers para crear una mayor carga aerodinámica y otros sistemas de seguridad, como la gestión de estabilidad PSM y la gestión de tracción PTM, se reducen.
“El Modo Húmedo” se basa en un concepto que el departamento de desarrollos avanzados de Porsche ya había aplicado con madurez funcional a mediados de la década de 1990 como parte de un programa de investigación europeo pero que, vaya uno a saber porqué, nunca se implementó.
Inicialmente, el Wet Mode se debía instalar solo sobre las versiones más potente, como el 911 Turbo, sin embargo, un accidente en Austria, cuando un usuario de un 911 convencional perdió el control del auto en una ruta mojada por la lluvia, los hizo reflexionar.
Coincidiendo con el perfil trazado para los usuarios de 911, Morbitzer amplió, "… conducen demasiado rápido bajo la lluvia y no parecen ser conscientes de lo cerca que están del aquaplaning". Razón por demás para implementarlo...

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