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EL JAGUAR E-TYPE NO NACIÓ PARA CORRER, PERO…
22/11/2018. A diferencia de los anteriores Tipo C y D, el E-Type no tenía la competición entre sus metas. Sus antepasados fueron diseñados para enfrentarse a Le Mans y otros desafíos de alto perfil, pero el E-Type proponía, desde el prestigio deportivo alcanzado por aquellos y su propia imagen, lograr un lugar entre los deportivos “de calle”, pero no pudo sustraerse de su legado...
Su lanzamiento en el Salón de Ginebra de 1961, gracias a su impresionante apariencia, su relativa accesibilidad en comparación con sus rivales de Ferrari y Aston Martin y el hecho de que el propio Enzo Ferrari deslizara que era, “el deportivo más bello jamás producido”, le dieron avales para convertirlo en el éxito comercial que había pretendido la marca.
Pero como la Federación Internacional del Automóvil (FIA) había creado una categoría GT para autos deportivos de gran producción, la herencia tecnológica recibida de sus ancestros hizo que, con cambios menores, el E-Type se ajustara perfectamente a la propuesta. Con tamaño bagaje técnico, era natural que siguiera a sus predecesores en la competición.
El debut en carrera del E-Type fue un mes después de su lanzamiento en Ginebra y, al igual que en otros casos, el E-Type, no se pudo sustraer de su imagen “de calle”, pareciéndose mucho a un deportivo normal adaptado para circuito.
El escenario elegido fue el circuito de Oulton Park y los conductores fueron Graham Hill y Roy Salvadori. Hill llegó primero, un Aston Martin DB4 fue segundo y Salvadori fue tercero, postergando a un par de Ferrar 250 GT.
Así se inició una cabalgata de éxitos deportivos que, impensados en principio, no dejaban de ser bienvenidos. El E-Type consiguió más victorias en Silverstone, Brands Hatch y en Goodwood, estableciendo su valía en escenarios muy emblemáticos para la afición británica que, dicho sea de paso, era el reflejo de la sociedad y, por ende, del mercado local de autos.
Este compromiso motivó que en 1962, el E-Type se volviera más serio como auto de competición, presentándose la versión Low Drag.
Diseñado por Malcolm Sayer, jefe y pionero aerodinámico de Jaguar, como como su nombre lo indica, la forma era más perfilada, con un parabrisas más inclinado, techo reformado y distintos paneles traseros. Otros identificadores visuales incluían los conductos de enfriamiento para los frenos traseros.
Si bien conservó el bastidor de acero del E-Type, se utilizó aluminio para la construcción de algunos paneles de carrocería. Mecánicamente, el motor de 3.8 litros tenía una nueva tapa de cilindros con otro ángulo de válvulas (árboles de levas y válvulas en cabeza), derivada de la que utilizó el D-Type. El resultado de todo esto fue un aumento en la velocidad máxima del vehículo en más de 30 km/h.
Mientras esto sucedía, Jaguar estaba trabajando en el XJ13 (con un motor V12 central), por lo que la campaña del E-Type quedó en manos de equipos privados.
Luego, para 1963, apareció la versión E-Type Lightweight que fue una evolución del Low Drag, pero superó a este en la cantidad de aluminio empleado, utilizando el liviano material para toda la construcción de una plataforma monocasco y para el block del motor. Con sus ruedas más anchas y las suspensiones más rígidas, fue el E-Type de aspecto más agresivo, y eso se tradujo en un rendimiento que lo llevó a vencer varias veces a las dominadoras Ferrari. Consiguió triunfos en Goodwood, Snetterton y Silverstone, así como una victoria en su clase nada menos que en las 12 Horas de Sebring, en EE.UU.
Jaguar había planeado construir 18 ejemplares del Lightweight durante su vigencia, pero solo produjo 12. Los seis “perdidos” (de los cuales dimos buena cuenta en este espacio de V8) fueron construidos por la división Heritage de Jaguar en 2014 con las mismas especificaciones de los autos originales. Unidades que, hoy por hoy, a través del Goodwood Revival, pueden llegar a mezclarse con los originales en pruebas clásicas, especialmente, en este mismo escenario donde su singular metamorfosis logró mayor reconocimiento.
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Pero como la Federación Internacional del Automóvil (FIA) había creado una categoría GT para autos deportivos de gran producción, la herencia tecnológica recibida de sus ancestros hizo que, con cambios menores, el E-Type se ajustara perfectamente a la propuesta. Con tamaño bagaje técnico, era natural que siguiera a sus predecesores en la competición.
El debut en carrera del E-Type fue un mes después de su lanzamiento en Ginebra y, al igual que en otros casos, el E-Type, no se pudo sustraer de su imagen “de calle”, pareciéndose mucho a un deportivo normal adaptado para circuito.
El escenario elegido fue el circuito de Oulton Park y los conductores fueron Graham Hill y Roy Salvadori. Hill llegó primero, un Aston Martin DB4 fue segundo y Salvadori fue tercero, postergando a un par de Ferrar 250 GT.
Así se inició una cabalgata de éxitos deportivos que, impensados en principio, no dejaban de ser bienvenidos. El E-Type consiguió más victorias en Silverstone, Brands Hatch y en Goodwood, estableciendo su valía en escenarios muy emblemáticos para la afición británica que, dicho sea de paso, era el reflejo de la sociedad y, por ende, del mercado local de autos.
Este compromiso motivó que en 1962, el E-Type se volviera más serio como auto de competición, presentándose la versión Low Drag.
Diseñado por Malcolm Sayer, jefe y pionero aerodinámico de Jaguar, como como su nombre lo indica, la forma era más perfilada, con un parabrisas más inclinado, techo reformado y distintos paneles traseros. Otros identificadores visuales incluían los conductos de enfriamiento para los frenos traseros.
Si bien conservó el bastidor de acero del E-Type, se utilizó aluminio para la construcción de algunos paneles de carrocería. Mecánicamente, el motor de 3.8 litros tenía una nueva tapa de cilindros con otro ángulo de válvulas (árboles de levas y válvulas en cabeza), derivada de la que utilizó el D-Type. El resultado de todo esto fue un aumento en la velocidad máxima del vehículo en más de 30 km/h.
Mientras esto sucedía, Jaguar estaba trabajando en el XJ13 (con un motor V12 central), por lo que la campaña del E-Type quedó en manos de equipos privados.
Luego, para 1963, apareció la versión E-Type Lightweight que fue una evolución del Low Drag, pero superó a este en la cantidad de aluminio empleado, utilizando el liviano material para toda la construcción de una plataforma monocasco y para el block del motor. Con sus ruedas más anchas y las suspensiones más rígidas, fue el E-Type de aspecto más agresivo, y eso se tradujo en un rendimiento que lo llevó a vencer varias veces a las dominadoras Ferrari. Consiguió triunfos en Goodwood, Snetterton y Silverstone, así como una victoria en su clase nada menos que en las 12 Horas de Sebring, en EE.UU.
Jaguar había planeado construir 18 ejemplares del Lightweight durante su vigencia, pero solo produjo 12. Los seis “perdidos” (de los cuales dimos buena cuenta en este espacio de V8) fueron construidos por la división Heritage de Jaguar en 2014 con las mismas especificaciones de los autos originales. Unidades que, hoy por hoy, a través del Goodwood Revival, pueden llegar a mezclarse con los originales en pruebas clásicas, especialmente, en este mismo escenario donde su singular metamorfosis logró mayor reconocimiento.
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