PSA está listo para tomar decisiones clave sobre su retorno a las ventas en América del Norte.
Las primeras acciones para que esta llegada comience a materializarse, estarán apuntadas a su plan de productos, a la elección de la/las marcas que representarán al grupo, desde donde provendrán los vehículos a ser comercializados y cuál será el modelo de distribución.
"Cada una de estas cuestiones estratégicas, tiene varios frentes", comentó el CEO Tavares. "Vamos a decidir entre ahora y la primavera de 2019 cuales serán nuestros pasos".
Esas definiciones le darán un sentido de dirección mucho más claro para el grupo, que retiró su marca Peugeot de los EE. UU. en 1991.
Sin embargo, el aspecto comercial está complicando las discusiones sobre dónde se construirán los vehículos a comercializarse, amplió Tavares, ya que después de imponer aranceles del 25% a los vehículos que llegan a los EE. UU. desde China, la administración Trump, está amenazando con impuestos similares sobre los modelos de fabricación europea.
PSA tampoco comunicó oficialmente si gestionará a través de una red de concesionarios con franquicia tradicional, aunque ha sugerido que ese será el curso probable.

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