Se trata de una vuelta de tuerca más sobre un diseño tan archiconocido como intervenido, que intenta, sin demasiada originalidad, captar la demanda del público juvenil de Brasil, ávido por vehículos que sinteticen, aunque sea algo, de “espíritu aventurero”.
La estética y un mayor despeje al piso, son la fórmula que se aplicó en el país vecino para hacer de una silueta VW Gol ese singular objetivo juvenil.
No obstante enfocarse para público similar, las propuestas son disímiles.
La versión Track sólo se comercializa con motor 1.0 Flex, y se contenta con capacidad para circular por caminos en mal estado sin que haya peligro para las partes bajas del auto a partir de un despeje aumentado en 23 mm. y poco más…
En cambio, el Rallye, que se vende exclusivamente con el motor 1.6, a un despeje que creció 28 mm. le suma una estética más comprometida con la propuesta, con molduras decorativas, barras en el techo y un paragolpes delantero específico para la versión, con faros antiniebla de mayor tamaño. En ambos casos, calzan neumáticos con dibujo mixto.