BMW no está satisfecha. A pesar de los esfuerzos de Brasil por salir de su peor recesión, luego de que su moneda haya llegado poco tiempo atrás a su nivel más débil en los últimos dos años, la automotriz no se conforma con este aliciente.
"Se necesita una política clara para tener previsibilidad y definir nuestros planes futuros", manifestó Helder Boavida, presidente y CEO de BMW Group Brasil.
El grupo construyó una planta en el estado de Santa Catarina en 2014 como respuesta a "Inovar Auto", una política local que alentó a los fabricantes de vehículos a invertir en plantas en Brasil a cambio de impuestos más bajos, con intención de evitar los impuestos que sufrían las unidades importadas.
Sin embargo, la planta no ha cumplido sus objetivos de ganancias, en gran parte, porque solo funciona al 50% de su capacidad.
El lanzamiento de una nueva política para la industria, "Rota 2030", no se ha materializado, por lo que la inversión y la estrategia son prácticamente imposibles de definir, sugirió Boavida.
El ejecutivo amplió que, si bien la compañía no necesita la intervención del gobierno, "querríamos conocer hacia dónde quiere ir el gobierno, hacia dónde quiere ir el país, para que podamos tomar nuestras decisiones".
En medio de esta controversia, la buena noticia es que las ventas de BMW y Mini han aumentado en el país vecino, por lo que la participación de mercado de la compañía también ha aumentado, aunque de acuerdo a lo que manifestó el ejecutivo de BMW Group, "está muy por debajo de nuestras necesidades, aunque Brasil tiene un enorme potencial", insistió Boavida, agregando que el grupo que lidera está comprometido con el país.
"Creemos en este potencial, aunque es una pena que el mismo se vea pospuesto año tras año. Lo que falta, de hecho, es un poco de estabilidad y una mínima percepción para que el país se desarrolle correctamente" , concluyó Boavida.

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