Los autos japoneses híbridos tienen claramente una ventaja a su favor respecto a sus rivales privados, con vehículos impulsados solo por motores convencionales, y lograr el 1-2 en La Sarthe fue imperativo para confirmarlo.
Es más, varios especialistas del WEC con numerosas participaciones en el clásico francés, aseguraron que los Toyota lograron los mejores puestos de largada, esforzándose bastante menos que sus rivales, aun cuando estos pusieron mucho más énfasis en la tarea de acercarse a los autos japoneses.
Esta característica determinante en cualquier tipo de competencia, disminuye su importancia en una prueba de resistencia y larga duración, no debe olvidarse que durante las 24 horas de carrera, en Le Mans se recorre una cantidad de kilómetros que, en varios casos, equivalente a una temporada completa de otras categorías de nivel internacional. Sin embargo, la velocidad siempre importa, permite elaborar estrategias con mayores y mejores argumentos y, ante una eventualidad que pudiera provocar algún retraso, puede servir para recuperar terreno en forma notoria.
Esto quedó en evidencia cuando al comienzo de la tercera sesión de calificación, luego de haber dominado con soltura en las dos anteriores, aprovechando que en la pista había pocos autos y con luz natural, aún cuando era alrededor de las 21:40, el japonés del Toyota nº8, Kazuki Nakajima, marcó el mejor tiempo en 3m15s377 a 251.100 km/h. Un tiempo que quedó a poco más de 5/10 del logrado por su compañero Kobayashi en 2017 con un auto similar al TS 050 de 2018, que se mantiene como récord absoluto de la pista y que todavía se considera como “una vuelta soñada en La Sarthe”.
Esto y el hecho de que el segundo mejor tiempo, logrado por el otro Toyota, precisamente, con Kobayashi, fue logrado ayer en la primera sesión quedando a dos segundos exactos del gran tiempo de Nakajima, fue indicativo de que no hubo en el segundo Toyota una verdadera intención de pelear por la pole con su auto gemelo.
Es cierto que en una carrera de todo un día de duración, la pole es bastante relativa, sin embargo, quedar a dos segundos del mejor registro indica a las claras de lo cuidadosa y hasta prudente que fue la gestión del Toyota nº7 del trío Conway-Kobayashi-López, preparándose para una carrera que nunca ganó la marca japonesa, frustración que arrastra desde hace más de 30 años, y conscientes de que los rivales privados tampoco podrían desbancarlos a ellos de la primera fila de partida.
Toyota aprovechó al máximo su superioridad realizando varios stints equivalentes a los que se realizarán en carrera con Nakajima, Kobayashi y su piloto “mas novel” –aunque ya ganador- Fernando Alonso. Los autos híbridos circularon varias veces alineados durante 10-11 vueltas seguidas a buen ritmo, al menos un ritmo impensado para sus rivales sobre autos con motorizaciones convencionales.
Detrás de los dos Toyota, el equipo Swiss Rebellion Racing colocó uno de sus dos R13, que le concedió 4s072 al autor de la pole.
Lo positivo de la clasificación para las 24 Horas fue que los 10 autos de LMP1 ocuparon los 10 mejores lugares en general lo que, a priori, indica la viabilidad de las equiparaciones que se aplicaron para enfrentar a híbridos con convencionales, por más que por razones obvias (presupuestos, desarrollo tecnológico, etc) los primeros sean poco menos que inalcanzables, a no ser que la confiabilidad les juegue, una vez más, una mala pasada...
En LMP2, el Oreca 07-Gibson n° 28 fue el más rápido gracias a un magnífico tiempo de 3'24''816 (unas 7/10 menor que el mejor tiempo del año pasado para la categoría) firmado por un ex vencedor absoluto en Le Mans, Loïc Duval. Sin embargo, su registro fue cancelado por la dirección de la carrera por incumplimiento del control técnico obligatorio en la entrada a boxes, dejándole la pole “servida” a Lafargue-Chatin-Rojas con un auto similar aunque del IDEC Sport. Todos los LMP2 (20 autos) se agrupan en 15 segundos, lo que en una prueba de estas características, garantiza que al menos habrá ocho o 10 autos con posibilidades de que sus tripulaciones tengan aspiraciones de podio.
Lietz-Bruni-Makowiecki y Christensen-Estre-Vanthoor con los Porsche 911 RSR oficiales encabezaron una clasificación de LMGTE Pro donde los 17 vehículos participantes se encerraron en poco más de seis segundos, lo que asegura que también en este caso habrá competencia cerrada, con el agregado de que será la categoría con mayor número de marcas con Porsche, Ferrari, Ford, Chevrolet, Aston Martin y la recién llegada BMW en línea de partida.
Mención especial para el equipo Dempsey Proton Competition en LMGTE Am, que colocó a sus dos Porsche 911 RSR en el 1º (Cairoli-Al Qubaisi-Roda) y el 3º lugar (Campbell-Ried-Andlauer) y con los 13 autos de la especialidad agrupados en poco más de cuatro segundos, solo cabe esperar un buen papel de la división menor en el clásico automovilístico más importante del mundo.

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