Así fue como Vettel, que por momentos intentó batallar con un Ricciardo que acusó problemas de caja (“solo tenía hasta la 6ª marcha”) y merma de potencia, padeció con sus propias gomas y debió cuidarlas hasta con exceso.
Algo parecido le pasó a Hamilton que nunca pudo encontrar un ritmo consistente, fue el primero en detenerse por caucho fresco y quien llegó con las gomas más usadas del parque. Raikkonen y Bottas, también se jugaron por una sola parada y padecieron en consecuencia con los neumáticos muy castigados.
Semejante panorama de complicaciones agrandó las posibilidades de un resto donde se destacaron netamente Esteban Ocon (6º) y Pierre Gasly (7º), ambos por delante de Hulkenberg y Verstappen, quien recuperó bastante desde su último lugar de partida y esta vez, cuidando mucho de no cometer errores ni excesos.
Prueba de tono lineal, sin demasiados matices, aunque con alto contenido emocional para Ricciardo, cuya victoria se convirtió en una especie de revancha por lo sucedido hace dos años cuando el triunfo se le escapó en una prueba que era prácticamente suya.

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