El Brabham BT62, lanzado en Londres hace horas, marca el regreso de uno de los nombres más famosos en el deporte-motor, más precisamente, el del primer y único piloto-constructor que ganó un GP de F1 y se coronó con un auto de su propia autoría, participación en la que mucho tuvo que ver también su coterráneo el ingeniero australiano Ron Tauranac, socio-fundador de la marca en 1962. Este superdeportivo desarrollado y destinado a la pista se limitará a una edición limitada de 70 unidades, en honor a la primera carrera de Jack Brabham hace siete décadas, y costará un millón de libras esterlinas con entregas “más allá de 2018”.
Las primeras 35 unidades BT62 llevarán decoraciones especiales, celebrando cada una de las victorias de la marca en F1, y la sigla que le da nombre es la continuación del último intento en F1 de Brabham siendo propietario el propio Jack, el BT60B de 1992.
Coincidentemente, los colores que luce la primera unidad (verde y dorado) corresponden a los que caracterizaron a la marca desde su debut en el automovilismo deportivo.
Las especificaciones ubican al BT62 como un ultradeportivo, que está impulsado por un motor V8 de 5.4 litros, desarrollado por Brabham, con 700 CV, 68 kgm de torque y con un peso seco del vehículo de 972 kilos.

David Brabham, uno de los tres hijos de “Old Jack” (los otros son, Gary y Geoff, todos vinculados con el automovilismo deportivo) manifestó su orgullo por seguir los pasos de su legendario padre.
"El equipo que tenemos instalado y la visión que comparte, proporcionan una plataforma sólida para que Brabham Automotive ejecute su estrategia comercial a largo plazo. Nuestro primer paso es el BT62, un auto verdaderamente digno de llevar el icónico nombre de Brabham.
Empecé hace 12 años para restablecer el nombre y decidido a volver a la competición mundial.
Mi padre tenía una increíble determinación por tener éxito y, como él, he trabajado incansablemente durante este tiempo, aprovechando mi experiencia y nunca perdí de vista ese objetivo”.
El director de tecnología e ingeniería de Brabham Automotive, Paul Birch, agregó: "Creado a partir de una hoja de papel en blanco, nuestro primer auto lleva a Brabham a una nueva y emocionante era, al mismo tiempo que honra y mantiene el glorioso pasado de la marca.
Utilizando materiales, procesos y tecnologías contemporáneos, y siguiendo un riguroso programa de ingeniería y desarrollo de dos años, el BT62 resultante es un auto que nos exige un compromiso total".
Es posible que el destino de Brabham no sea regresar a la F1, aunque la marca podría estar pensando en disputar las 24 horas en Le Mans.

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