Las ventas de diesel han bajado sensiblemente en los últimos meses, a medida que las nuevas reglas apuntan a reducir la presencia de NOx en los gases de escape, elemento nocivo asociado con problemas respiratorios para las personas, sobre todo en entornos urbanos.
La empresa alemana Bosch, sin embargo, afirma que ha desarrollado una solución que no solo reduce la presencia de NOx en los motores diésel, sino que prácticamente la elimina, al alcanzarse valores que son casi una décima parte de la futura norma regulatoria a implementarse en 2020.
"Llamamos a nuestro sistema de gestión térmica activa porque mantiene la parte más importante del escape de diésel, el sistema de recirculación de gases de escape (EGR), funcionando a su temperatura óptima", manifestó recientemente el jefe de desarrollo de la división de diesel de Bosch, Michael Krüger.
El sistema EGR funciona mejor cuando los gases de escape lo calientan a más de 200º C, algo que, según Krüger, rara vez sucede cuando los motores giran a bajas revoluciones al circular a través de entornos urbanos.
"A marcha lenta, el sistema EGR se enfría muy por debajo de su temperatura óptima, por lo que los niveles de NOx son mucho más altos cuando esto sucede. Con nuestro sistema, el objetivo es minimizar todas las pérdidas de temperatura, al ubicar el EGR lo más cerca posible del motor, aprovechando el calor del vano-motor", sintetizó el mismo Krüger, quien agregó que el nuevo sistema de Bosch también gestiona en forma inteligente el flujo de los gases, para garantizar que solo los que están a la temperatura indicada circulen a través del sistema EGR.

Al aplicar este proceso, aún sobre motores diésel con hardware de última generación, se recorta la presencia de NOx a tan solo 13 mg/km en condiciones reales de circulación. Esto no solo está muy por debajo del límite actual de 168 mg/km, sino también supera muy ampliamente el límite de la próxima generación de la norma, que lleva el límite mínimo de emisiones de NOx a 120 mg/km, regla que entrará en vigor en 2020.
Este desarrollo podría ser fundamental para garantizar también que los fabricantes de vehículos cumplan los futuros objetivos de CO2, ya que la desaceleración en las ventas de los diésel ha provocado un aumento en las ventas de vehículos nafteros, lo que a su vez ha elevado el promedio de emisiones de CO2, por lo que el diésel podría tener un papel protagónico nuevamente, inclusive superior al que tenía previo al escándalo provocado por VW a fines de 2015.
La nueva tecnología podría proliferar en los mercados en menos de dos años, según manifestó Bosch, quien si bien no hizo ningún comentario sobre sus clientes, es sabido que suministra elementos a un buen número de los mayores fabricantes de automotores del mundo, entre los que está, irónicamente, el Grupo VW quien de esta forma podría verse beneficiado luego de haber poco menos que condenado a la tecnología diésel con su descalificador fraude con las emisiones.
Fuente: Autocar

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