Chevrolet inició la llamada guerra de precios popularizando sus “Black Friday” en marzo de 2016, con notables descuentos que llegaban hasta 40 mil pesos por algunos de los modelos de su gama local.
La medida produjo una gran corrida en el ámbito. Horas después, VW anunciaba algo similar, sintiendo que corría riesgos su posición de líder del mercado ante la presunta avalancha de unidades Chevrolet vendidas.
La respuesta de los restantes “jugadores” del mercado tampoco se hizo esperar…
Los importantes descuentos a través de bonificaciones y promociones hicieron trepar las cifras de patentamientos que se registraron en los últimos años pese a un mercado que no entregaba una dinámica acorde salvo a través de la guerra apuntada.
El hombre fuerte de GM justificó la política agresiva de precios del grupo poniendo como ejemplo lo que sucedía en el mercado de los EE.UU. donde las promociones de este tipo son “moneda corriente”.
Sin embargo, la coyuntura argentina era bastante diferente: los modelos con mayores descuentos fueron, especialmente, los que llegaban de Brasil, donde un mercado deprimido favorecía en exceso de stock y, como consecuencia, derivaba parte del mismo hacia Argentina.
Esta última parte de esa realidad, comenzó a cambiar desde fines de 2017, cuando el mercado brasileño comenzó a “desperezarse” y a consumir sus propios excesos, lo que hizo que se restringiera la llegada a nuestro mercado de unidades en condiciones acomodadas.

Con el ámbito brasileño que siguió en recuperación también a partir de los primeros meses de 2018, las facilidades no fueron tantas para las desmesuradas promociones de los últimos dos años, por lo que GM decidió ahora frenar “a cero” con su política comercial vigente e ir, precisamente, en sentido contrario, esto es previendo comenzar a reacomodar los precios de algunos de sus otrora “campeones en patentamientos”.
Este cambio tan brusco en el manejo comercial del grupo, activó la memoria de quienes, en su momento, vivieron una circunstancia similar por lo violenta, aunque infinitamente más dramática, como fue la retirada del país de GM en 1978, una huella imborrable y una mancha que todavía pesa en el imaginario colectivo de nuestro medio.
Como se advierte, el grupo vuelve a caracterizarse por un cambio de rumbo radical en un ámbito que, generalmente, es muy susceptible a los mismos y que podría incidir, con activa participación de la memoria por lo del ‘78, en el desempeño de los más caracterizados modelos de la marca.
Algo que pudimos palpar horas después del anuncio de Zarlenga (nota en Clarín del 20/3 de Luis Ceriotto) cuando en una presentación de producto, un ejecutivo de la marca anfitriona sintetizaba, “un concesionario nuestro en Córdoba, que también vende Chevrolet, nos decía que cuando había promociones, vendía 15 Onyx por día y cuando las bonificaciones desaparecían, no vendía ni uno solo”…

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