El pasado mes de mayo de 2017, VW comenzó la venta de la nueva versión del e-Golf, una renovación que implicó sensibles cambios apuntados a mejorar la autonomía: la capacidad de la batería pasó de 24 kWh a 35.8 kWh, y además, se le instaló un nuevo motor, más potente, que incrementó su potencia de 85 a 100 kW.
Estas novedades significaron que la nueva versión del modelo lograra incrementar su autonomía, de 190 kilómetros bajo el ciclo NEDC, 130 bajo el EPA, ahora llega a los 300 kilómetros en el ciclo europeo, unos 200 kilómetros de acuerdo con el más realista ciclo americano. También mejoró su aceleración, pasando de modestos 10s4/10 a 9s6/10 para acelerar de 0 a 100 km/h.

A pesar de no ser cambios determinantes, el e-Golf ha tenido buena aceptación en el mercado, por lo que la marca decidió que la actual capacidad de producción de la planta de Dresde, de 35 unidades diarias, debería duplicarse a 70 unidades al día, por lo que se agregó un nuevo turno a la línea de producción del modelo. Una producción que se suma a las 80 unidades/día que ya está entregando la planta de Wolfsburg.
Esto permitiría llegar a una producción cercana a las 4.000 unidades por mes. Una cifra que, en principio, sigue pareciendo escasa si se tiene en cuenta que, sólo en Noruega, se están vendiendo más de 1.000 unidades del modelo al mes, y en Alemania, el e-Golf ya supera las 400 unidades vendidas en similar período.

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