“En un vehículo pequeño como el Kwid, donde uno tiene que desarrollar aspectos innovadores, hay que salir de lo común, de lo general, con más razón todavía…
Hacer un SUV de un vehículo de segmento pequeño fue un gran desafío.
La prioridad que estableció el departamento de diseño de Renault resultó muy complicada para nosotros, lo que nos llevó a preguntarnos, “¿Qué podemos hacer de innovador sobre un vehículo pequeño con aspiraciones de SUV?”.
Creo que lo que se ha logrado, ha sido un desarrollo de ingeniería en la arquitectura, volcadas sobre un vehículo de dimensiones restringidas alcanzando el objetivo buscado.
Fue una demostración de ingenio, al estilo Twingo o Scenic, concibiendo el vehículo de adentro hacia fuera, priorizando la habitabilidad y con un exterior que impresione como grande, dándole la altura para su habitabilidad, especialmente, en las plazas traseras. Esos, para mi, fueron puntos clave en lo habitacional y visual.
En segundo término, cuando uno circula con el Kwid, se sorprende con su dinámica y agilidad, eso se logró combinando un diseño muy creativo -livianito- con el motor con el torque justo cosas que, además, con la inclusión de conectividad y tecnología que todos conocen, contribuyó mucho en un vehículo que parte de una base muy accesible para su producción en serie, lo que convierte en conjunto a este Kwid en un verdadero ganador”.

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