Vale la pena repetirlo, cuando hace algunos años atrás el omnipresente CEO de FCA, Sergio Marchionne, anunció su plan de crecimiento para el grupo automotriz que lidera, la más que centenaria Lancia (111 años) no tuvo cabida en el desarrollo de las marcas que lo conformaban. Así fue como, en forma paulatina y casi subrepticia (abandonando mercados “por la puerta de atrás”), la mayoría de sus modelos fueron siendo cancelados, con la única excepción del Ypsilon, quien no solo sobrevivió, sino que lo hizo hasta llegar convertido en el segundo modelo más vendido de Italia en 2016 –único escenario al cual fue circunscripta la marca- detrás del Fiat Panda.
Los 65.663 Ypsilon comercializados el año pasado, si bien no modificaron el esquema planificado por Marchionne, obligaron al grupo a mantener lo oportunamente anunciado: el modelo continuará fabricándose y vendiendo mientras perdure la demanda del mercado.
Sin embargo, como para no afectar dicha demanda y tampoco la sensibilidad de los fieles usuarios de la centenaria marca, para que esto suceda el Ypsilon debe ser actualizado.
Para el próximo año podría recibir un lavado de cara en línea con lo actuado en 2015, cuando esta segunda generación del modelo tuvo su último restyling, luego de estar vigente desde su debut en el Salón de Ginebra 2011.
Por lo menos, eso es lo que sugieren los primeros rumores, acerca de cambios que se centrarían en su fisonomía delantera y en una actualización tecnológica (tal como en 2015, cuando se cambiaron, parrilla horizontal más pequeña, nuevos paragolpes y tuvo mejoras en el equipamiento).
Por el momento no hay información oficial al respecto, aunque de acuerdo con los antecedentes, es lógico suponer que por más que haya sido desestimada por Marchionne, la marca conserva un gran predicamento en Italia, basado en una historia con sucesos deportivos de gran nivel (por ejemplo, el título mundial 1956 de Fangio con el Lancia-Ferrari D50) y un nivel de fabricación que la ubicó, durante larga data y junto con Mercedes, Peugeot, Rolls-Royce y otras, integrando la media docena de vehículos de mayor calidad en el mundo (cuando la calidad era el máximo valor a tenerse en cuenta para clasificar a los autos).

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