En los últimos años, cerca de 20 modelos, en gran parte con cuerpos de carrocería y techos de diferentes colores, han llegado a los salones de los concesionarios en toda Europa y en buena parte del mundo, tendencia que promete acentuarse todavía más.
Hasta ahora, el aspecto se limita en gran parte a los hatchbacks compactos y al creciente mercado de SUV y crossover, sin embargo, la corriente podría a ampliarse a las más impensadas siluetas, desde deportivos hasta pick up.
Los fabricantes dicen que simplemente están tratando de brindar a los clientes más opciones, aunque estas suelen aparecer como parte de los niveles con mayor contenido (y de mayor precio).
Los diseñadores, por su parte, dicen que la tendencia les permite “jugar con el color como elemento de diseño” dividiendo la masa visual, ya que las normas de seguridad exigen pilares más gruesos y líneas de cintura más altas.
"Los diseñadores cocinan con los ingredientes que tienen", citó el ex jefe de diseño de Ford, J.Mays, que supervisó el Ford Flex, una de las alternativas de la marca con opción de techo contrastante agregando, “se puede obtener, además, una ganancia muy superior por vehículos con pintura en dos tonos".
"Es increíble cómo la gente reacciona a las combinaciones bitono", comentó Alexandre Malval, jefe de diseño de Citroen, que ofrece opciones de dos tonos en cuatro modelos. "Si se les dan dos colores para combinar, inmediatamente, el vehículo asume diferentes personalidades. El rojo con un techo blanco es un poco deportivo, el crudo-crema con un techo negro entrega una imagen un poco más sólida y un auto en color pastel con techo blanco podría ser un poco más femenino", puntualiza. Los compradores del nuevo Citroën C3 Aircross, por ejemplo, pueden mezclar y combinar tres colores de techo y ocho colores de carrocería.
Pese a haberse recreado últimamente en Europa, sin embargo, la tendencia no es exclusiva de ese escenario.

En los EE.UU., este año aparecieron versiones en dos tonos del Toyota Camry y C-HR, varios modelos de Land Rover y Range Rover y el Kia Soul están disponibles como modelos en dos tonos, y lo propio se espera del próximo Kona de Hyundai.
La combinación de dos tonos de hoy, se remonta a las décadas de 1920 y 1930, cuando los fabricantes de modelos personalizados empleaban colores llamativos en Rolls-Royce o Bugatti que denotaban la riqueza y el gusto de sus dueños.
En la actualidad, la tendencia fue iniciada por el Mini neo-retro que debutó en 2001, modelo que adoptó el techo blanco del diseño original de Alec Issigonis y uno de sus seguidores fue el concepto Ford Fairlane con techo blanco de 2005, que entró en producción como Flex.
"Estaría mintiendo si dijera que no estuve influenciado por el New Mini de primera generación, que tenía un hermoso parabrisas envolvente y este encantador y pequeño casquete en blanco y luego en negro", asumió Mays. Los diseños en dos tonos, además, pueden cumplir varios objetivos. Desde un punto de vista utilitario, un techo blanco puede reducir la temperatura interior (en los Mini del X-raid que disputan el Dakar, es casi una norma por esa razón).
"Lo que hicimos con el Flex, y lo que Gerry McGovern ha hecho con el Land Rover Velar, con un techo oscuro y vidrios polarizados oscuros, es cortar efectivamente el auto por la mitad y eliminar la masa extra en la parte superior", amplió Mays.
Sally Erickson Wilson, profesora asociada de diseño en la Facultad de Estudios Creativos de Detroit, dijo que los colores han comenzado a desempeñar un nuevo papel en el diseño automotriz.
"Estamos en medio de un cambio hacia el diseño impulsado por los materiales, donde la elección del color puede enfatizar la artesanía y la calidad percibida de una determinada área del vehículo. Se trata de prestar atención a los detalles", agregó Erickson Wilson.
Fuente: Automotive News

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