La subida a Pikes Peak es la segunda prueba deportiva más antigua de los EE.UU (se corre desde 1916) y su recorrido nunca cambió: son 20 kilómetros, hoy totalmente asfaltados, que trepan desde los 2.900 y hasta los 4.300 metros (pendiente promedio, 7%) a donde se llega después de pasar por 156 curvas.
La trepada más famosa del mundo para los amantes de los autos, está en Colorado Springs, Colorado, EE.UU y hasta allí llegaron buscando el prestigio internacional que tiene “La Montaña”, los Unser, Mario Andretti, Michelle Mouton (la primer mujer que ganó), Walter Rohrl, Marcus Gronholm (ambos campeones mundiales de rally) y ahora será el turno del campeón más grande: Sebastien Loeb.

Una verdadera cartelera internacional a la que se asociaron marcas con un prestigio no menor: Audi, Peugeot, Hyundai, Suzuki…Y es precisamente Peugeot, la que volverá a intentar los triunfos de fines de los 80 con Vatanen, para lo cual alistará una silueta con cierta reminiscencia de su modelo 208, que apela con cierto romanticismo al T16 que supo bautizar al 405 victorioso de Vatanen (turbo,16 válvulas) y con la inevitable referencia al desafío, Pikes Peak.
Y a juzgar por las fotos, usted estará de acuerdo conmigo, no queda mucho de un 208 original en este prototipo que, salvo las ventanillas, la forma de los faros, la toma principal y quizá la distancia entre ejes, es un monstruo con un impresionante alerón derivado del 908 de Le Mans (¡¿?!) y una no menos impresionante “pala” delantera como spoiler.

Metamorfosis acorde con la propuesta de la clase top, Open Wheel, donde competirá y en la que supieron verse aparatos de las más variadas formas (eso si, siempre con grandes alas que garantizaban enorme apoyo al suelo…) y con más de 1.000 CV.
En el caso del 208 Pikes Peak, tendrá una relación peso/potencia ideal 850 kilos-850 CV, que será la encargada, junto con Loeb, de batir el record absoluto de la trepada que, desde 2012, está en manos del californiano Rhys Millen y un prototipo Hyundai Génesis Coupé (o lo que quedó de ella…) con 9m46s.
El 30 de junio será el momento de un intento que, a juzgar por los entendidos, la combinación Loeb-208 tiene buenas posibilidades de afrontar, como bien apuntara su vencedor de 1988, Ari Vatanen, “creo que Sebastien podrá lograrlo, aunque tendrá que estar muy concentrado y siempre deberá conducir con un cierto margen de seguridad, si no, a uno lo espera un gran aterrizaje…”