A la suma total de más de u$s 340 millones -por “daños materiales y daños morales a los propietarios”- la multa suma unos u$s 320.000, que VW deberá pagar al Estado, “por el daño moral colectivo causado a la sociedad brasileña”.
El software fraudulento equipaba a las versiones con motor 2.0 biturbo diésel (EA189, de origen alemán) de las Amarok producidas en la planta de Gral. Pacheco, provincia de Buenos Aires y exportadas al país vecino, no siendo esta la única vez que fueron sancionadas en el mismo marco y por motivos similares.
En mayo pasado, VW Brasil ya había convocado a los 17.057 propietarios de Amarok argentinas para quitarles, sin costo, el software engañoso, motivo por el cual la marca manifestó que apelará este nuevo fallo de la Justicia brasileña.
A diferencia de esto, y de la mano de una reglamentación absolutamente laxa al respecto, nada de esto sucedió, ni por el momento sucederá, en nuestro país, donde las Amarok, así como otros modelos identificados del grupo equipados con motores tdi con software fraudulento, no han recibido ninguna modificación o cambio para remediar el engaño y sus consecuencias.
Paradójicamente, en los últimos tiempos el Gobierno argentino ha propiciado, mediante una sensible reducción de impuestos, el desembarco de vehículos híbridos y eléctricos, haciendo hincapié en la minimización de contaminación ambiental que producen dichas unidades, “lo cual resulta altamente beneficioso para la salud de nuestra sociedad”.

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