Ejes del Mercedes Clase G 4x4/2 en un Clase E, fue la propuesta de Jürgen Eberle, ingeniero de Mercedes-Benz encargado del desarrollo de los vehículos de la Clase E.
¿Genial o exagerado? parece ser la cuestión…
Lo primero, si tomamos esto como un ensayo; lo segundo, si está destinado a compras de supermercado.
Sin embargo, al proyecto no se le puede negar creatividad.
La idea se originó en realizar una break Clase E con mayor despeje al piso que la actual versión All Terrain de la silueta, pero bien es sabido que una cosa trae la otra y…
Así fue como su creador pasó, de la idea original, a creer que todavía se podía ir mucho más allá y que, al asumir un elaborado cambio de configuración de las suspensiones del All Terrain original, estaba mucho más cerca de la idea-cumbre, equipar a la break Clase E, directamente, con los trenes de ruedas del Clase G 4x4/2!!!
Eberle tenía la idea y el equipo para hacerlo, pero le faltaban aprobación y financiación, nada menos.
Finalmente, logró ambos y luego de seis meses de elaboración, demostraría que los alcances de su propuesta, eran tan válidos como cualquier otro proyecto industrial del poderoso grupo alemán.
La consecuencia de equipar un Clase E con los ejes del Clase G 4x4/2 fue un vehículo con una altura libre al piso de 40 centímetros, 24 más que la de un Clase E All-Terrain de serie. Se estiraron ambas trochas en 20 centímetros y ahora calza neumáticos de 31”. Y utiliza la tracción integral 4Matic, pero sin bloqueos de diferencial.
Otra curiosidad de esta singular propuesta es el motor.
A diferencia de la gama E All-Terrain, integrada únicamente por motores diésel de entre 195 y 260 CV (condición muy apreciada por los amantes del TT), el 4x4/2 está equipado con un motor naftero V6/3.5 litros, turbo, de 328 CV.
Este Mercedes Clase E es, por ahora, un simple one-off, un vehículo único.
Pero no son pocos los directivos de la marca que sonríen al verlo, es más, parecen hasta encantados, a tal punto, que se plantean una pequeña serie limitada del Clase E All Terrain 4x4/2 idea que, seguramente, será más ambiciosa cuando evalúen la aceptación que ha tenido el vehículo en distintos mercados europeos, y que podría encarrilar su futuro aplicando la combinación que suele determinar muchos de los sucesos que rigen la vida moderna: acción y reacción.

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