PORSCHE 908/3, INOLVIDABLE SUPLENTE DEL 917
24/04/2017. La realización del Goodwood 75 MM (Members’ Meeting) revivió uno de los vehículos de competición más singulares. Derivado del exitoso 908/2 y reemplazo del fenomenal 917 en escenarios revirados, el 908/3 fue construido especialmente para el Nürburgring “largo” (+ de 25 kilómetros) y la mítica Targa Florio (foto apertura, el 908/3 debuta en 1970 con Rodríguez-Kinnunen) donde sus increíbles 545 kilos, su cortísima carrocería (las piernas del piloto estaban muy por delante del eje delantero) y su gran maniobrabilidad, hicieron viable la propuesta con triunfos en ambos escenarios. En medio del abrumador dominio de la marca a través de los 917, sin embargo, muchos puntos de los títulos que logró Porsche le correspondieron a los pequeños 908/3…
Si nos ubicamos en la década del ’70 y el tema son los autos Sport de aquella época, un nombre surge casi de inmediato: Porsche 917.
El que para quien suscribe, como para muchos, fué ”el auto de carrera más importante de todos los tiempos”, sin embargo, tenía un reemplazante, un modelo que, si bien no lo superaba, al menos, igualaba sus posibilidades cuando se trataba de escenarios muy retorcidos, revirados, donde la bestial potencia y performance del 917 no contaba tanto…
Pero ¿Cómo Porsche logró hacer un vehículo que, en ciertos escenarios, podía poner en jaque a su modelo más exitoso, significativo y poderoso?.
Aparte del motor de 3.0 litros, flat-eight, de hasta 370 CV, que compartía con el también estupendo 908/2 anterior, el 908/3 tenía más en común con el 909 Bergspyder, un exitoso vehículo para carreras de trepada de fines de los ‘60.
Este auto tenía una característica fundamental que lo convertía en un auténtico “minimosca”, apenas pesaba 400 kilos!!!.
Pero el 908/3 nunca podría igualarlo, ya que tenía que ser confiable durante horas, mientras que el coche de trepadas, apenas era exigido por unos minutos.
No obstante, cuando el primer 908/3 quedó terminado, solo pesaba 545 kilos, esto era unos 250 kilos más liviano que el 917, una de las razones de su creación, comenzaba a tener la cuota de coherencia que no pareció mostrar la idea original.
Pero el 908/3 no era solo un auto muy liviano.
Era un verdadero alarde de ingenio, con un desarrollo impecable, muy puro como concepto de competición, con una carrocería aerodinámicamente bien lograda –hasta elegante- y que podía sacar el máximo rendimiento posible a partir de su peso liviano y la alta potencia de su motor.
Despachado directamente de Stuttgart a Sicilia, el 908/3 debutó logrando el 1-2 en la Targa Florio de 1970 con Siffert-Redman y Rodríguez-Kinnunen a poco más de 122 km/h de promedio.
Otro 908/3 se llevó la victoria en los 1000 Kilómetros de Nürburgring ese mismo año, gracias a los esfuerzos de Vic Elford y Kurt Ahrens, victoria que se repetiría en 1971 con el mismo Elford junto a Gerard Larrousse.
En todos los casos, el 908/3 lograba sumar puntos vitales para que Porsche se coronara con antelación en el Campeonato de Marcas.
Otro aspecto notable del 908/3 era su cockpit avanzado. De hecho, desde la rodilla hacia abajo, las piernas del conductor estaban por delante de las ruedas delanteras (hoy, eso es inadmisible para cualquier categoría). Pero eso no era todo. El diferencial estaba en la parte posterior de la caja de cambios, y el tanque de combustible, el piloto y la batería se encontraban sobre el lado derecho del auto, para favorecer su circulación en circuitos donde se corría en sentido contrario al de las agujas del reloj.
El 908/3 fue un diseño tan brillante que, de hecho, Porsche calculaba que era capaz de girar en el Nordschleife de Nürburgring (el circuito norte, de más de 25 kilómetros) casi tan rápido como el 917, aunque era mucho más cómodo y amigable con el piloto respecto al impresionante “auto más importante de todos los tiempos”...
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