Ford Argentina presentó ayer la segunda generación del S-Max, su monovolumen para el segmento mediano, con tres filas de asientos (siete pasajeros).
La ocasión se convirtió en una especie de “muestreo” poco esclarecedor a partir que se esperaba que se comunicaran los precios de las dos versiones del modelo que desembarcarán (con bastante atraso en relación a otros mercados donde se lanzó en 2014), cosa que, sin dudas, dará para una “presentación de la presentación” cuando el modelo inicie su comercialización recién en junio.
El S-Max se suma al abanico de posibilidades de nivel superior de Ford Argentina, junto con Mondeo, Kuga y Mustang y, como decíamos, se ofrecerá en dos versiones, Trend y Titanium, ambas con motor Ecoboost 2.0 litros (240 CV) y caja A6.
El S-Max es importada desde Valencia (España), por lo que tributa un 35% de arancel extrazona y comparte varios elementos con el Mondeo (plataforma, motor, transmisiones, etc).
Básicamente, el S-Max es un multipropósito (MPV), de corte netamente familiar, que se propone –sin conseguirlo- como alternativa a los SUV, segmento este último que es el gran boom del momento a nivel global, por lo que el vehículo de Ford se presenta como una variante distinta, pero desenfocada.
En junio, y con los precios a la vista, probablemente volvamos sobre el tema…
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