Durante un tiempo el Toyota FJ fue lo más parecido a un Jeep Wrangler, construido para el off-road agresivo, destacando esta condición sobre cualquier otra característica, buscando convencer que era lo mejor para la práctica extrema. Pero el modelo se canceló a fines de 2014 y la tímida respuesta de la marca fue recomendar el 4Runner.
Ahora, la sigla "FT-4X" llega en un momento interesante, abriendo una nueva expectativa para la disciplina extrema, que parece ser uno de los nichos a ser explorados con mayor intensidad en el futuro más o menos inmediato.
El Jeep Wrangler sigue siendo la referencia, aunque en este caso, la importancia del modelo la destaca todavía más la expectativa creciente por el restyling del vehículo en 2018.
Pero ahora, hay un nuevo actor al cual apuntarle. En Ford, el nombre Bronco ya no suena, sino ruge, desde que el presidente del sindicato decidió comentarle a la prensa que se restableció la placa de identificación del modelo.
Y siguiendo con el razonamiento, los conceptos “FT” de Toyota, a menudo, fueron una vista previa de los futuros autos de calle de la marca. El FTX, por ejemplo, adelantó la pick up Tundra de segunda generación, el FT-Bh se convirtió en el nuevo Prius y el nuevo Supra, se conoció originalmente bajo las siglas FT-1 y FT-HS.
La escasa utilización de números, hace soñar con que ese enigmático “4X” debería significar tracción en las cuatro ruedas y si le sumamos la desaparición del extremo FJ, no sería impensable suponer que este prototipo se perfila como su reemplazante.

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