La palabra “desmodrómico” deriva del griego ‘desmos’ (controlado, vinculado) combinada con ‘dromos’ (camino, curso) y si bien está fuertemente ligada con la competición, no excluye una prolífica relación con vehículos de calle.
El sistema fue mencionado en 1896 por una patente a cargo de Gustav Mess y luego fue atesorado por el ingeniero Fabio Taglioni de Ducati, quien patentó las constantes mejoras que se hicieron a partir del diseño original.
A partir de ese momento, y como ejemplos más destacados, el sistema se aplicó en innumerables modelos de producción de Ducati y también en el motor de ocho cilindros en línea, doble árbol de levas a la cabeza y 2.5 litros del Mercedes-Benz W196-R que marcó el primer ingreso de la marca a la F1, con resultados inmejorables a partir de los títulos mundiales de Juan Manuel Fangio en 1954 y 55.
El sistema, básicamente, está conformado por dos levas por válvula, una de apertura y otra de cierre, a diferencia de los sistemas convencionales que proponen una sola leva, para apertura y cierre, esto último ayudado por un resorte que apela a su ‘memoria elástica’ para lograrlo.

El beneficio que propone el sistema desmodrómico, es que posibilita el cierre preciso y exacto de las válvulas a cualquier régimen, evitando el “flotamiento” de las mismas que se manifiesta en los sistemas convencionales, lo que provoca fugas de la mezcla de combustible-aire con la consiguiente pérdida de potencia.
Las desventajas del sistema están relacionadas con, una mayor complejidad de construcción, mayor peso y desgastes provocados por la mayor cantidad de piezas comprometidas, lo que requiere verificaciones constantes para mantener los valores originales de armado.
Los avances tecnológicos en materia de electrónica y nuevos materiales atentaron contra la permanencia del sistema, aunque, paradójicamente, esto mismo posibilitó que, por ejemplo, Ducati insistiera en su optimización basándose en esos mismos materiales –más livianos y resistentes- para reducir el peso y minimizar el desgaste.

De esta manera, el cierre preciso de las válvulas del motor 1.0 litros, V4 a 90º de Ducati, fue uno de los factores-clave para que estas unidades se destaquen en materia de potencia pura, soslayando los inconvenientes antes mencionados con nuevos materiales y una experiencia formidable, no solo a partir de su experiencia en competición, sino en motos de calle, que son las que garantizan el éxito empresarial de Ducati.
No obstante, los seis años que pasaron desde de su última victoria en Moto GP (Philip Island 2010), hicieron pensar que el problema de la marca en la categoría estaba relacionado con varios factores, entre los que, obviamente, se incluía el sistema desmodrómico.
Sin embargo, la pole position, la vuelta record en carrera y el 1-2 final para las Desmo 16 de Iannone-Dovizioso, logrados el domingo pasado en la carrera más rápida del año en el GP de Austria (+ de 180 km/h de promedio), coronaron la idea original y perseverancia de Ducati, que hizo del sistema desmodrómico, casi una ‘marca registrada’ desde sus orígenes, cosa que, en estos tiempos de tanta evolución y cambios dinámicos, podría considerarse casi un acto de ‘heroísmo tecnológico’.