Convengamos que la óptica con que el grupo ecologista GreenPeace enfoca el cuidado ambiental es, al menos, discutible. Generalmente, la propuesta va de la mano de una asumida posición que por más que sea atendible, suele ser bastante radical, poco menos que intransigente. Otra característica del grupo ambientalista es, sin embargo, su sentido de la oportunidad. Por eso el Salón de París se convirtió, como real escaparate de una de las actividades más contaminantes del globo, en un objetivo tan tentador como deseado. Y en ese ámbito, la presentación del VW Golf VII Blue Motion, con su pretendida impronta ecologista, concentró toda la atención de GreenPeace, obviamente, desde la confrontación. Así fue como el planteo del grupo remarcó que la actitud de la empresa estaba bien orientada, aunque considerando que el Golf era poco menos que un estandarte en cuanto a ventas e imagen, e inclusive una de las propuestas más imitadas, Volkswagen debía de haber ido más allá, produciendo un auto todavía más económico y por ende menos contaminante.

Sin embargo, cuando se pensaba que todo quedaba en una declaración a secas, los ambientalistas se infiltraron en el marco del Salón y rumbearon hacia el stand de VW, precisamente, cuando el Golf VII Blue Motion era presentado. Allí, con carteles de protesta y globos, manifestaron su disconformidad con la propuesta invitando, a su manera, a que la marca alemana profundice todavía más y en menos tiempo la tendencia iniciada con este particular Golf. Los miembros de seguridad del Salón no se hicieron rogar y expulsaron a los activistas rápidamente, mientras que el presentador de VW cerraba la función no sin un dejo acomodaticio e irónico, agradeciendo a GreenPeace el reconocimiento a la propuesta Blue Motion con su presencia y su opinión sobre los productos y tecnologías de la marca. Es cierto que la versión más amigable con el medio ambiente de VW parece estar muy cerca de la producción, pero en París se presentó como “concept”, por lo que dejó lugar para las suspicacias. Quizás hubiera sido más inteligente de parte de la marca anunciar su entrada en producción inminente, al menos, hubieran dado una señal concreta, no solo de la mano de la tecnología, sino de la estrategia de implementación de la misma.

Más allá del tironeado tema y las diferentes posiciones, el hecho concreto es que en París, VW presentó un producto distinto. El Golf VII Blue Motion trae sensibles modificaciones para optimizar la aerodinámica (entradas de aire delanteras cerradas y llantas con escasas aberturas que ni tienen en cuenta la estética), también está carenada la parte inferior del auto y monta suspensiones deportivas, con lo que se baja el despeje al piso unos milímetros. Con esto, el coeficiente de penetración del Golf VII Blue Motion alcanza un muy buen Cx de 0,27. La marca declaró que este es el Golf más ecológico y económico jamás presentado y los números que presenta sugieren que tiene razón. Siempre según fábrica, el auto presenta un consumo medio homologado de ¡más de 31 km/litro!, con emisiones bajísimas del orden de los 85 gramos/km de C02. Resultados que se lograron, siempre según la versión oficial, con una nueva gestión electrónica del motor 1.6 tdi CR que, para quienes piensen que es frugal porque no tiene muchos caballos, desarrolla todavía más potencia que la versión anterior: de 105 a 110 CV.

La seriedad del proyecto por parte de la empresa se consolida con la mayor liviandad de la célula, se ganaron 26 kilos en el chasis y 37 kilos en la estructura general, la caja de velocidades M5 trae relaciones sensiblemente más largas, e incorpora; sistema Start&Stop, regeneración de energía en frenadas, un sutil alerón sobre el portón trasero y neumáticos con baja resistencia al avance. Parte del supuesto plan de entrada en producción y venta del modelo contempla, según se pudo saber, que en Alemania haya dos variantes, Trendline y Confortline, con niveles de opcionales sensiblemente menores que los de los Golf habituales, con presencia excluyente en la computadora de a bordo de un indicador de eficiencia de combustible y algunas sugerencias para optimizar su rendimiento, todo asociado a la utilización exclusiva de llantas de aleación de15 ó 16 pulgadas. Desarrollada esta obra de varios actos en sus aspectos principales, ¿usted que piensa?, ¿GreenPeace tiene razón o no?, ¿VW pudo haber hecho algo mejor por la ecología?, todas cuestiones que nos llevan a pensar que habrá un acto más para una obra que todavía parece inconclusa, salvo, por la presencia del Golf VII Blue Motion, la prueba palpable de que, al menos, hay una forma de tratar de cambiar las cosas. Con el paso del tiempo, auto y momento, quizás sean históricos.