El nuevo modelo, será “un Phantom contemporáneo y hermoso, con mejoras a cargo de tecnología de vanguardia y diseño innovador”, según un comunicado firmado por el CEO de la marca, Torsten Muller-Otvos.
En el mismo, se amplía que todos los Rolls de nuevo diseño, a partir de 2018, se construirán sobre plataformas de aluminio, inclusive el proyectado SUV que fuera prontamente bautizado Cullinan (nombre del diamante más grande jamás hallado, también conocido como Estrella del Sur, con un peso de unos 600 gramos y que fuera extraído de una mina sudafricana).
La idea de BMW, grupo que controla Rolls Royce desde el año 2000, es que los futuros vehículos de la legendaria marca que tiene 112 años de vida, estén a la altura de rivales que integran el selecto grupo de marcas de superlujo, específicamente, Bentley, que han comenzado a incursionar en otros segmentos, con el aporte de nuevas tecnologías e ideas innovadoras.
Vale aclarar, que la versión actual de la limusina (Phantom VII), fue el primer modelo de la marca construido desde que el BMW Group se hizo cargo de Rolls Royce en el año 2000 y que su carrera tuvo una vigencia de 13 años.
Por su parte, la baja de las versiones Phantom Coupé y Phantom Drophead Coupé, forman parte de la racionalización de la gama RR y se intentará ocupar sus lugares con el Wraith y el Dawn.
Las últimas 50 unidades del Coupé techo duro, así como del Drophead Coupé convertible, serán ediciones especiales agrupadas bajo el rótulo “Phantom Zenith” (Zenith/Cénit, el punto más alto…) y al respecto, Muller-Otvos, amplió, “la colección Zenith será el pináculo, la suma de las mejores características de ambos modelos, con algunas sorpresas incluidas. Esperamos enorme demanda por su exclusividad, ya que no tendrán sucesores…”.