Unos días atrás, mediante una revisión del plan de negocios para el futuro próximo, FCA confirmó que habrá nuevas opciones para el más tradicional de los Jeep, el Wrangler.
Lo notable del caso es que uno de los principales inconvenientes que podría sufrir el modelo, como disminuir el nivel de emisiones contaminantes, estará siendo neutralizado con algunas ideas interesantes que apuntarán, paralelamente, a reducir sus consumos.
A esto, se le sumará la llegada de la versión pick up que estará basada en el Wrangler J8, popularizando la silueta a niveles insospechados en EE.UU, “el mercado más grande de pick up del mundo”, con un crecimiento que podría impulsar todavía más desarrollos por venir.
En el primero de los casos, el cambio llegará con la aparición de la nueva versión en 2017 y a través de algunos ajustes de eficiencia leves, luego habrá una variante con motores diesel y, después de 2022, lo impensado, una versión híbrida diésel-eléctrica, un plan al que estarían también abonados productos de las marcas Ram, Dodge y Chrysler.
No obstante, Jeep fue confirmada como la marca-base para este nuevo plan de negocio, que tiene como objetivo 2018, alcanzar las dos millones de unidades vendidas en todo el mundo, para lo cual la marca apostará por un fuerte crecimiento a partir de aumentar la capacidad de producción en América del Norte, Asia y América Latina.