Fue una prueba de manejo bastante acotada la que organizó Toyota para el lanzamiento de la nueva generación de su Hilux SW4 (aunque esta versión está más alejada de la pick up, sigue basándose en ella) que, si bien no permitió un análisis más profundo, alcanzó como primer contacto con un producto que siempre estuvo en el centro de la escena, a partir de las especulaciones que se hicieron por el hecho de ser el ejemplo más notorio de cómo influyeron los impuestos internos aplicados hace dos años.
En relación al anterior SW4, hubo cambios fundamentales, sobretodo, en materia de suspensiones (por ejemplo, la trasera, recibió una barra antirolido que antes no traía). Se recalibraron amortiguadores y resortes (ahora, también en el tren trasero, en lugar de elásticos) y se instaló una nueva barra estabilizadora de mayor diámetro adelante.

Con esto se logró un andar más firme, que transmite mucha sensación de seguridad, aunque para nuestro gusto, copia demasiado las irregularidades, especialmente, las juntas entre los bloques del asfalto (¿será por las Dunlop 265/60 R18 que calza?).
El confort de marcha, sin embargo, se optimizó en un habitat con excelente insonorización y estanqueidad, entre otras cosas, producto de una terminación superior que nos hizo reflexionar, “¿…porqué no la logran otros productos nacionales?”.
Punto aparte para el grupo motor-caja.
Si bien solo manejamos la versión con caja M6, en la práctica, es notorio el mejoramiento del motor en materia de torque respecto a la unidad anterior, un valor que le permite una aceleración dignísima y salir de situaciones comprometidas en cambios intermedios, sin necesidad de bajar de marcha.

Por otra parte, llama la atención, una característica del nuevo grupo propulsor-transmisión que en mucho ayuda al confort de marcha: es el régimen al cual se puede circular que, por ejemplo, nos permitió ir en sexta velocidad a 130 km/h y con el motor girando a relajadas 2.000 rpm…
Descartamos su capacidad off road con reformuladas suspensiones, mayores ángulos de ataque y salida y un despeje al piso de casi 23 centímetros, aunque nos quedamos con ganas de intentar un recorrido más exigente (por ejemplo, como el que la marca preparó para el lanzamiento de la pick up Hilux en Mendoza).
Tal como lo planteamos al comienzo, esta nueva generación del Toyota Hilux SW4 que se fabrica en Argentina, cuenta con muy buenos atributos para destacarse en su segmento y frente a la más calificado oposición de cualquier origen. Sin embargo, creemos que solo podría convertirse en un verdadero éxito comercial si, tal como se anticipó, finalmente, se abolieran los impuestos internos que la agobian ($883.400 para la versión M6 y $932.800 para la A6).